El viernes, Alemania subrayó la necesidad de mantener el embargo de armas a Libia tras las últimas amenazas del presidente de Egipto, Abdel Fattah al-Sisi, de armar a algunas de las tribus libias contra el gobierno reconocido internacionalmente, informa la Agencia Anadolu.
En una reunión informativa periódica en Berlín, Christofer Burger, portavoz adjunto del Ministerio de Relaciones Exteriores, dejó claro que el embargo de armas de Libia "se aplica a todas las partes".
El diplomático alemán pidió el "fin inmediato" del apoyo militar extranjero a las partes en conflicto en la Libia afectada por la guerra civil.
Al-Sisi se reunió el jueves con los jefes de las tribus libias en la capital egipcia, El Cairo, donde amenazó con que Egipto "no se mantendrá al margen" ante el aumento de la movilización militar cerca de la ciudad de Sirte, en el norte de Libia.
Hablando con Al Jazeera, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Libia, Mohammed Al-Qablawi, criticó una reciente declaración de Al-Sisi como "una flagrante interferencia en los asuntos internos de Libia".
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"El discurso de Al-Sisi es una repetición de sus declaraciones anteriores, lo cual es una flagrante interferencia en los asuntos de Libia", dijo, añadiendo que el discurso del presidente egipcio "no tiene como objetivo la paz, como dijo, pero es él quien está alimentando el conflicto [libio]".
Mientras tanto, el Alto Consejo de Estado de Libia condenó el llamado de al-Sisi a armar a las tribus libias, diciendo que desencadenaría más luchas y divisiones en el país.
En junio, al-Sisi sugirió que El Cairo podría lanzar "misiones militares externas" en Libia, diciendo que "cualquier intervención directa en Libia ya se ha convertido en legítima internacionalmente".
Al-Sisi dijo que la ciudad de Sirte y la base aérea de al-Jufra eran su "línea roja", y pidió a su ejército que estuviera "preparado para llevar a cabo cualquier misión nacional o transfronteriza".
Desde abril de 2019, las fuerzas ilegítimas de Haftar han lanzado ataques contra la capital libia, Trípoli, y otras partes del noroeste de Libia, que han causado más de 1.000 muertes, incluidas mujeres y niños civiles.
A pesar de ello, el Gobierno libio ha logrado últimamente importantes victorias militares, expulsando a las fuerzas de Haftar de Trípoli y de la estratégica ciudad de Tarhuna.