Los egipcios lanzaron ayer el hashtag árabe "Yo no delegué" para expresar su rechazo a la decisión del Parlamento de autorizar al Presidente Abdel Fattah Al-Sisi a enviar fuerzas fuera del país con el pretexto de "preservar la seguridad nacional".
En un discurso televisado el 20 de junio, Al-Sisi, que apoya al Ejército Nacional Libio (LNA) del renegado General Khalifa Haftar, insinuó a los comandantes y soldados de una región fronteriza con Libia que existía la posibilidad de que se llevaran a cabo "misiones militares externas" "si fuera necesario", considerando que "se ha concedido legitimidad a la intervención directa en Libia".
El lunes, el parlamento de Egipto aprobó el despliegue de fuerzas armadas en el extranjero para luchar contra "milicias criminales" y "grupos terroristas extranjeros" en un "frente occidental", en una aparente referencia a Libia.
Sin embargo, los activistas en línea han dicho que se trata de un intento de Al-Sisi de apartar la atención de su mal manejo del coronavirus en el país y de las negociaciones sobre la Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD) que amenaza con perjudicar el acceso de los egipcios a su línea de vida acuática.
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El sindicato médico de Egipto ha dicho anteriormente que más de 100 médicos han muerto a causa del coronavirus y más de 3.000 han sido infectados por la enfermedad. En mayo advirtió que el sistema de salud estaba a punto de colapsar y culpó al gobierno por no proporcionar el EPP adecuado o suficientes pruebas para los médicos que entraron en contacto con infecciones conocidas.
Desde el estallido de la pandemia en Egipto, las autoridades han tomado medidas enérgicas contra los trabajadores de la salud que han criticado el manejo de la crisis por parte del gobierno.
Egipto tiene oficialmente 89.745 casos de coronavirus y 4.440 muertes - la cifra más alta de la región - pero los expertos creen que las cifras reales son mucho más altas.
Desde que el virus apareció por primera vez en Egipto, han sido detenidos al menos diez médicos y seis periodistas, mientras que unos 117 médicos, 39 enfermeras y 32 farmacéuticos han muerto a causa del COVID-19.