Los Emiratos Árabes Unidos están obteniendo gradualmente apoyo en su empeño por normalizar las relaciones con Israel, con intereses económicos y de seguridad que supuestamente están detrás del acercamiento.
Los Emiratos Árabes Unidos llevan varios años en proceso de normalización de sus relaciones con Israel, y los aliados de Abu Dhabi siguen ahora a su patrocinador. El Consejo de Transición del Sur, el movimiento secesionista yemení patrocinado por los Emiratos Árabes Unidos, ha mostrado recientemente su voluntad de establecer relaciones con Israel, con el que actualmente mantiene conversaciones secretas. Lo mismo se ha dicho de Khalifa Haftar, jefe del Ejército Nacional Libio, que está buscando nuevo apoyo tras los sucesivos reveses sufridos por el Gobierno del Acuerdo Nacional (GNA) de Fayez Al-Sarraj, respaldado por Turquía.
La comunicación entre Haftar y Tel-Aviv ha estado en curso durante dos años, como ha informado anteriormente Intelligence Online. Los palestinos cercanos a Mohammed Dahlan, el principal asesor de seguridad del Príncipe Heredero de Abu Dhabi, Mohammed Bin Zayed Al-Nahyan, también se han comprometido a normalizar las relaciones con Israel. Estos entendimientos se producen cuando Abu Dhabi ha hecho públicos sus vínculos con Israel tras la crisis de COVID-19. De manera muy inusual, los aviones de la aerolínea emiratí Etihad aterrizaron en la pista del aeropuerto Ben-Gurion el 20 de mayo y el 9 de junio, cargados de ayuda humanitaria para la Ribera Occidental. Sin embargo, la Autoridad Palestina (AP) rechazó la ayuda médica, alegando que no había sido parte en la coordinación de la entrega, que se llevó a cabo exclusivamente con Israel. Detrás de esta muestra, Abu Dhabi está buscando aprovechar el reconocimiento tácito de Israel para conseguir nuevos contratos de seguridad cibernética, al igual que el acuerdo del 20 de junio tenía como objetivo facilitar la investigación conjunta en el contexto de la actual epidemia.
Se entiende que los contratos anteriores concluidos en 2019 han totalizado más de 4.000 millones de dólares. La normalización también tiene motivaciones de seguridad más convencionales, ya que Israel y los Emiratos Árabes Unidos esperan formar conjuntamente un bloque contra Irán.
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