El acuerdo militar firmado por Irán y Siria a principios de este mes tiene serias implicaciones estratégicas y de seguridad, coincidiendo con los ataques israelíes a objetivos iraníes. Se dice que Israel está siguiendo la situación muy de cerca, entre otras cosas porque el acuerdo permitirá a Irán reforzar los sistemas de defensa aérea de Siria.
El acuerdo fue firmado en Damasco por el ministro de Defensa sirio, Ali Abdullah Ayyoub, y el jefe de estado mayor de Irán, el general Mohammad Bagheri. Es el fruto de una cooperación militar y de seguridad a largo plazo, a pesar de los crecientes desafíos de seguridad a los que se enfrenta cada uno de los aliados.
Los israelíes consideran que el acuerdo es un medio para que el Irán desafíe al Estado de ocupación. Para el presidente sirio Bashar Al-Assad, mientras tanto, es otra etapa en su lucha por la supervivencia, vinculando su futuro con el Irán, que tiene sus propios problemas de supervivencia bajo las sanciones de los Estados Unidos.
Al reforzar sus defensas aéreas, Siria espera reducir el número de combatientes israelíes, turcos y estadounidenses en sus cielos. Los asesores rusos ayudarán a operar los sistemas instalados, que han sido comprados a Moscú y también a Teherán.
Creo que el acuerdo también tiene como objetivo fortalecer la capacidad de Hezbollah para transferir sistemas avanzados de armas, incluyendo la tecnología de defensa aérea, de Irán a través de Siria al Líbano. También es posible que Irán tenga la intención de ofrecerse la opción de atacar a Israel desde Siria, o a través de ella, en respuesta a los ataques israelíes a los activos militares iraníes. De hecho, el refuerzo de las defensas aéreas de Siria proporciona cobertura al Irán y al Líbano, ya que los aviones israelíes podrán ser vigilados desde el despegue en el interior del Estado de ocupación.
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Según Israel, Al-Assad se ha mostrado muy interesado en maniobrar entre Rusia e Irán para obtener asistencia militar y el desarrollo de las fuerzas armadas de Siria, sin conceder un estatuto privilegiado e influencia a ninguno de los dos. Sin embargo, este acuerdo indica una preferencia por una alianza militar con Teherán, lo que da al Irán una ventaja en cuanto a la influencia política en Siria.
Además, los israelíes consideran que el acuerdo sugiere que se han tenido en cuenta tres cuestiones principales que preocupan actualmente a Al-Assad: La tendencia de Moscú a buscar una alternativa a su presidencia; el retraso de Rusia en la entrega de los sistemas de defensa aérea S-300 a los operadores sirios; y su deseo de que los rusos dejen de presionarle para que su futuro papel dependa de la eliminación de la presencia militar iraní en Siria. Sin embargo, dado que Rusia se niega a permitir que los sirios operen sus propios sistemas de defensa aérea, el régimen de Damasco ha recurrido al Irán para responder a los ataques israelíes.
Este acuerdo envía un fuerte mensaje a Israel y a los EE.UU., sobre todo en respuesta a la Ley César de EE.UU. y a más sanciones sobre Teherán, así como a la explosión de la instalación nuclear iraní en Natanz. A Israel le preocupa que se haya elevado el nivel de las relaciones estratégicas entre Siria e Irán. No obstante, el Irán seguirá estableciendo una base militar en Siria y tiene la intención de mantener una cooperación militar a largo plazo, a pesar de la Ley César. El acuerdo también envía un mensaje a Turquía de que el Irán está al lado de Siria frente a la creciente participación turca en su vecino del sur.
El hecho de tener una mayor presencia militar en Siria significa que el Irán se está dando más opciones para responder a la agresión israelí. Por eso los israelíes están vigilando la situación muy de cerca. Si es cierto el viejo dicho de que no hay humo sin fuego, entonces parece que Irán e Israel se están preparando para una escalada militar en la región.
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