El presidente francés Emmanuel Macron prometió el jueves ayuda para el Líbano afectado por la explosión, pero aseguró a los ciudadanos furiosos que se tambalean por una explosión letal que mató a 145 personas, que no se entregarán cheques en blanco a sus líderes a menos que promulguen reformas, informa Reuters.
En una conferencia de prensa al final de una trágica visita a Beirut, Macron pidió una investigación internacional sobre la devastadora explosión que generó una conmoción sísmica en toda la región, diciendo que era una señal urgente para llevar a cabo las reformas anticorrupción exigidas por una población furiosa.
Docenas de personas siguen desaparecidas después de la explosión del martes en el puerto que hirió a 5.000 personas y dejó hasta 250.000 sin hogares habitables, martillando una nación que ya se tambaleaba por el colapso económico y el aumento de los casos de coronavirus.
Una fuente de seguridad dijo que el número de muertos había llegado a 145, y los funcionarios dijeron que la cifra probablemente aumentará.
Macron, en su primera visita a un líder extranjero desde la explosión, prometió ayudar a organizar la ayuda internacional. Pero dijo que se necesitaba una investigación internacional totalmente transparente sobre la explosión, y que el gobierno libanés debe implementar reformas económicas y frenar la corrupción.
"Si no se llevan a cabo reformas, el Líbano seguirá hundiéndose", dijo Macron después de ser recibido en el aeropuerto por el presidente libanés Michel Aoun. "Lo que también se necesita aquí es un cambio político. Esta explosión debería ser el comienzo de una nueva era."
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Más tarde, en Beirut, dijo a los periodistas que se necesitaba una auditoría del banco central libanés, entre otros cambios urgentes, y que el Banco Mundial y las Naciones Unidas desempeñarían un papel en cualquier reforma del Líbano.
"Si no hay una auditoría del banco central, en pocos meses no habrá más importaciones y entonces habrá falta de combustible y de alimentos", dijo Macron.
Anteriormente, llevando un corbata negra de luto, Macron recorrió el lugar de la explosión y las calles destrozadas de Beirut donde multitudes enfurecidas exigían el fin de un "régimen" de políticos libaneses a los que culpan de la corrupción y que arrastran al Líbano al desastre.
"Les garantizo que esta ayuda (de reconstrucción) no irá a manos corruptas", dijo Macron a las multitudes que le saludaron.
"Veo la emoción en tu cara, la tristeza, el dolor. Por eso estoy aquí", dijo a un grupo, prometiendo entregar la ayuda a los líderes del Líbano.
Dijo a los periodistas más tarde en la residencia del embajador francés, donde un general francés declaró la creación del estado del Líbano hace exactamente 100 años, Macron dijo que ya no le correspondía a Francia decir a los líderes libaneses qué hacer.
Pero dijo que podía aplicar "presión", añadiendo: "Esta mañana, mucha gente me dijo, 'Trae de vuelta el mandato'. En cierto modo me están pidiendo que sea el garante del surgimiento de una revolución democrática", dijo.
"Pero una revolución no puede ser invitada, el pueblo decidirá. No le pidas a Francia que no respete tu soberanía".