Los buscadores de oro en Sudán han destruido los emplazamientos arqueológicos del país en busca del metal precioso.
Un yacimiento de 2.000 años de antigüedad, a 270 kilómetros de la capital, Jartum, ha sido desenterrado y dejado en ruinas.
El arqueólogo sudanés Habab Idris Ahmed dijo: "Su único objetivo al excavar aquí es conseguir oro. Hicieron un trabajo loco y para recuperar el tiempo utilizaron camiones pesados". El especialista trabajó en el yacimiento en 1999 con una misión del Museo de la Universidad de Boston, EE.UU..
Además, el equipo descubrió dos máquinas de excavación y cinco hombres trabajando en ellas, habiendo terminado de cavar un agujero de 17 metros de profundidad y 20 metros de ancho. También notaron huellas en el suelo de camiones que habían transportado el equipo de perforación.
No queda casi nada del sitio que se remonta a la época del Reino de Meroe, que abarcó 700 años desde el 350 a.C. hasta el 350 d.C. y fue un pequeño asentamiento o puesto de control para asegurar las fronteras del reino.
El director de la Autoridad General de Antigüedades y Museos, Hatem Al-Nour, dijo: "La tierra está hecha de arenisca nubia y está cubierta de una capa de óxido, el detector de metales que usan hace un ruido porque la piedra contiene hierro, así que piensan que hay oro, y por eso siguen cavando".
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Aunque algunos de los autores fueron arrestados, pasaron sólo unas pocas horas en detención antes de ser liberados sin cargos. También pudieron recuperar sus herramientas
El profesor de arqueología de la Universidad de Varsovia y antiguo experto del Organismo de Antigüedades del Sudán, Mahmoud Al-Tayeb, dijo: "Deberían haber sido encarcelados y sus vehículos confiscados. Esta es la ley".
"El verdadero criminal es el jefe. Pero parece que tiene buenas relaciones con las autoridades superiores".
Sudán ocupa el tercer lugar entre los productores de oro de África, detrás de Sudáfrica y Ghana. Sus ingresos totales por el metal precioso el año pasado ascendieron a 1.220 millones de dólares, según el banco central.
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