Tras el anuncio público de la relación amorosa sionista-emiratí, se firmó un acuerdo entre EE.UU., Israel y los Emiratos Árabes Unidos para suministrar aviones F-35 al Estado del Golfo. Esto fue visto como controversial en los círculos de toma de decisiones en Washington y Tel Aviv, lo que llevó al presidente de los EE.UU. Donald Trump a defender el acuerdo con mentalidad de hombre de negocios: "Tienen el dinero y les gustaría encargar bastantes F-35".

En respuesta a las acusaciones dirigidas a los EE.UU. de que el acuerdo socavaría el compromiso de mantener la abrumadora superioridad militar de Israel sobre sus vecinos árabes, el Secretario de Estado Mike Pompeo dijo: "Los Estados Unidos tienen un requisito legal con respecto a la ventaja militar cualitativa, y seguiremos cumpliendo con ello".

Esto confirma lo que he dicho antes sobre el llamado acuerdo de paz entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel que va más allá de la normalización y alcanza el nivel de una alianza estratégica a todos los niveles. Le permitirá unirse a Israel en cualquier guerra contra los palestinos o cualquier estado musulmán, como Turquía o Irán, por ejemplo. Esta es básicamente la razón por la que se llegó a un acuerdo; crea un eje militar israelí-emiratí, y ahí radica su peligro.

A pesar de lo que se dijo sobre la ira israelí por la compra de los aviones F-35 por parte de los Emiratos Árabes Unidos y la firma secreta del acuerdo lejos de las miradas entrometidas de los ministros de defensa y de asuntos exteriores israelíes, Benjamin Netanyahu quería que se preparara sin ninguna controversia antes del acuerdo principal. Esto se debe a que es la primera vez que el líder israelí aplica el principio de "paz por paz" en lugar de "tierra por paz".

LEER: El asesor de Trump observa más socios árabes y musulmanes para Israel después del acuerdo con los Emiratos Árabes Unidos

Las negociaciones sobre el acuerdo de los F-35 comenzaron en 2017 cuando los Emiratos Árabes Unidos iniciaron conversaciones con los EE.UU. para comprar dos escuadrones de aviones de quinta generación. En ese momento, las conversaciones chocaron con las condiciones para la concesión de licencias a los aviones y los sistemas de armas que llevaban, pero los EAU justificaron su necesidad de desarrollar su fuerza aérea debido a su pobre desempeño en la guerra del Yemen y a la insuficiencia de su fuerza, que estaba compuesta principalmente por cazas F-16 estadounidenses y Mirage 2000 franceses. De hecho, la lista de material militar que los EAU quieren de los Estados Unidos e Israel también incluye aviones no tripulados, sistemas de defensa aérea, misiles avanzados y sistemas electrónicos de espionaje.

Israel quiere que los Emiratos Árabes Unidos posean F-35, y puede recurrir a venderlos ahora en lugar de esperar hasta 2024, que es cuando los EE.UU. lo harán en el mejor de los casos. Israel tiene dos escuadrones de trabajo, con 50 aviones, y es seguro que los pilotos e ingenieros de los Emiratos serán entrenados en Israel bajo contratos separados del trato de venta con los EE.UU. Dicha formación en los F-35 abarcará a otros pilotos e ingenieros que se están formando en tecnología aeroespacial general, así como a los equipos que gestionan los sistemas de defensa aérea. También podemos esperar ver a todas las fuerzas armadas de los Emiratos Árabes Unidos siendo entrenadas para usar varias armas. Además, se ofrecerán instalaciones de mantenimiento y apoyo, así como piezas de repuesto, municiones, desarrollo tecnológico, coordinación logística y coordinación militar y política a través de asesores permanentes. Esto reforzará el establecimiento de la alianza militar EAU-Israel.

El interés de los israelíes en esto, por supuesto, se basa en su enemigo mutuo, Irán. Los Emiratos Árabes Unidos quieren parecer un elemento de disuasión frente a Irán, ya que el avión de ataque estadounidense con base en los Emiratos estará a un tiro de piedra de la frontera iraní. En lugar de que Israel utilice sus propios aviones desde sus bases y necesite reabastecerlos de combustible en una larga misión a Teherán, por ejemplo, los aviones de los Emiratos, pilotados por pilotos israelíes si es necesario, podrían llevar a cabo misiones operativas dentro de Irán, incluyendo reconocimientos y ataques aéreos antes de regresar.

LEER: El avión de la delegación israelí volará sobre el espacio aéreo saudí hacia los Emiratos Árabes Unidos

Es evidente que desde que el arrogante príncipe heredero Mohammed Bin Zayed se convirtió en el gobernante de facto de los Emiratos Árabes Unidos, después de hacer a un lado a su hermano Khalifa Bin Zayed, el país ha estado trabajando para convertir su superávit financiero en una fuerza militar que le ayude a desempeñar un papel regional. Esto es evidente en su participación en Siria, el Yemen, Libia y Somalia.

Según las estimaciones del Foro sobre el Comercio de Armas, las compras de armas por parte de los países del Oriente Medio se dispararon en 2019 a 25.500 millones de dólares, frente a los 11.800 millones de dólares de 2018. Los Estados del Golfo representaron por sí solos el 56% de esas compras.

Los Emiratos Árabes Unidos utilizan todo este dinero malgastado en guerras inútiles para destruir países árabes, como es el caso del Yemen, Siria y Libia, todo ello en beneficio de su aliado estratégico, el enemigo histórico de los árabes: Israel. Los Emiratos Árabes Unidos se han convertido en una daga envenenada en la espalda del pueblo árabe, trabajando para dividirlo y fragmentarlo. Resistirse a sus esfuerzos por sabotear la región se ha convertido en una obligación para todos los árabes y musulmanes que valoran su religión, su tierra y su honor.

Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Monitor de Oriente.