Los judíos ultra ortodoxos de Israel han rechazado las regulaciones de cierre total, empujando al gobierno a un umbral de peligro menor y permitiendo cierres parciales, informó Arab48.com el domingo.
El primer ministro Benjamin Netanyahu y su gabinete anunciaron el sábado que el toque de queda comenzaría en 40 ciudades "rojas" de Israel, además de cerrar las escuelas y limitar las reuniones en esas áreas.
Según Haaretz, tras las protestas de los rabinos Netanyahu dijo a los ministros ultraortodoxos, incluidos los ministros del Interior Arye Dery y Yaakov Litzman, el domingo que las sinagogas permanecerán abiertas durante las próximas fiestas judías aunque se imponga un cierre.
El viceministro de Salud Yoav Kish dijo a Kan Radio que todos los sectores de la población tienen sus propias opiniones y presionan a los funcionarios electos. "Claro, consideramos a nuestros socios Haredi", dijo. "Cada partido tiene su propia circunscripción y tenemos que pagar el precio por la nuestra sin romper el equilibrio de la salud."
Las llamadas ciudades "rojas", añadió Kish, no tendrían un aislamiento completo. "Cambiamos el encierro nocturno y tenemos que cooperar con la población para derrotar al virus."
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Comentando la rendición ante la presión de Haredi, la presidenta de Meretz, Tamar Zandberg, dijo que esto es "mucho más" que político. "La farsa de las ciudades 'rojas' es una prueba más de que un primer ministro acusado de soborno es incapaz de cumplir su papel... Netanyahu necesita esta alianza [con los partidos ultra ortodoxos] para obtener inmunidad de la justicia, y todos pagaremos el precio en salud y vida".
El ex presidente del Comité del Coronavirus y Yesh Atid MK Ofer Shelah señalaron que, "Lo peor es la vacilación, indecisión y acción por presión política que caracteriza al gobierno por defecto de Netanyahu en todo asunto, y en este asunto también".
Mientras tanto, Haaretz informó que Avigdor Lieberman, el jefe del partido Yisrael Beiteinu, dijo que los israelíes son "todos rehenes" antes de añadir, "Debido a la ira de los partidos ultra ortodoxos, la alternativa de Netanyahu seguirá siendo un cierre general [durante las vacaciones]. Netanyahu no teme a Dios sino a sus representantes en la Knesset".
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