Qué: El 25 de septiembre de 1997, los israelíes de la agencia de espionaje del Mossad intentaron asesinar al líder político palestino Khaled Meshaal en Amman, la capital de Jordania. El descarado atentado contra la vida del entonces jefe del Buró Político de Hamas, de 41 años de edad, desató una disputa diplomática que amenazó con echar por tierra el recién firmado acuerdo de paz entre Jordania e Israel. La crisis terminó con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu haciendo una serie de concesiones humillantes.
Dónde: Amman, Jordania.
Cuándo: 25 de septiembre de 1997.
¿Qué ocurrió?
En un intento de paralizar el movimiento de resistencia palestina Hamas, Netanyahu, entonces en su primer mandato como primer ministro, autorizó el asesinato de Meshaal.
El poco conocido líder palestino nació en 1956 en Silwad, que entonces estaba en la Cisjordania administrada por Jordania. En 1967, la familia de Meshaal y otros 300.000 palestinos fueron expulsados de sus hogares por las fuerzas de ocupación israelíes en una segunda oleada de limpieza étnica que se conoció como la Naksa (el revés). Se dice que Netanyahu escogió personalmente a Meshaal entre varios operativos de Hamas para que los agentes del Mossad lo mataran.
El atentado contra la vida de Meshaal se produjo tras una serie de atentados suicidas en Jerusalén y Tel Aviv. Un equipo de seis miembros del Mossad llegó a Amman una semana antes del asesinato usando pasaportes canadienses falsos. El plan era claro: matar al líder exiliado de Hamas usando una toxina letal sin dejar ningún rastro de los asesinos. La idea era que después de que la toxina se hubiera administrado encubiertamente, Meshaal pasaría el resto de su día con normalidad y luego, cuando el cansancio lo superara, tomaría una siesta para no volver a despertarse; se esperaba que muriera en un plazo de 48 horas.
En la mañana del intento de asesinato, dos de los seis agentes se colocaron en posición para administrar una dosis letal de la toxina - identificada más tarde como fentanil - cuando Meshaal entró en su oficina. Se dice que los otros cuatro agentes israelíes se desplegaron alrededor de la manzana como conductores o como vigilantes. Los agentes del Mossad administraron la toxina usando un dispositivo de aerosol y huyeron de la escena. Uno de los guardaespaldas de Meshaal los persiguió y logró detener a los asesinos después de un combate cuerpo a cuerpo. Sus capturas iban a tener importantes ramificaciones.
¿Y qué pasó después?
Horas después del arresto de los dos agentes por las autoridades jordanas, los israelíes idearon un plan para difuminar la situación. Cuandon las consecuencias diplomáticas por sus acciones surgieron, Netanyahu intentó ocultar el intento de asesinato frustrado al resto del mundo. Envió al jefe del Mossad, Danni Yatom, a suplicar al rey Hussain de Jordania para que liberara a los agentes. La declaración anticipada de Yatom pidiendo ayuda al monarca jordano terminaron explotando en la cara de Israel, provocando una crisis diplomática con el Reino Hachemita, que había normalizado las relaciones con el estado sionista tres años antes. Mientras que los israelíes trataban frenéticamente de mantener una tapadera para dicha chapuza, la salud de Meshaal se deterioró. La toxina había hecho su trabajo y en 48 horas estaría muerto. El Rey Hussain advirtió a Israel que si el líder de Hamas moría, los agentes del Mossad serían colgados como asesinos.
El rey se había arriesgado a firmar un tratado de paz con Israel en contra de los deseos de su pueblo, así que llamó al presidente estadounidense Bill Clinton para conseguir su apoyo. Se dijo que la ira de EE.UU. era tal que nadie dentro de la Casa Blanca, normalmente pro-israelí, estaba dispuesto a defender el caso de Netanyahu. "Este hombre es imposible", dijo Clinton al escuchar que el primer ministro israelí había autorizado el intento de asesinato sin tener en cuenta la soberanía de Jordania, y por lo tanto ponía en peligro el frágil tratado de paz.Tras haber sido obstaculizado por Netanyahu para conseguir el antídoto de la toxina en el primer intento, un rey Hussein enfadado transmitió su mensaje a través de Clinton, insistiendo en que los israelíes debían entregar un frasco del antídoto, que era la única manera de salvar la vida de Meshaal. "Si Meshaal muere, el tratado de paz muere con él", insistió. Con la presión de los EE.UU., Israel no tenía otra opción que cumplir. Una aeronave ligera entregó el antídoto. La indignidad para Netanyahu no terminó ahí. Los dos agentes del Mossad seguían detenidos y condenados a muerte, y la embajada israelí en Ammán, en la que se habían refugiado los otros cuatro miembros del equipo de seis hombres del Mossad, estaba rodeada por las fuerzas de seguridad jordanas.
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A cambio de permitirles salir de Jordania, el rey Hussain estaba decidido a exigirles un alto precio. Exigió un intercambio de prisioneros, que fue acordado. En virtud del acuerdo, Israel liberó al enfermo jeque Ahmed Yassin, el cuadriplégico fundador y líder espiritual de Hamas, que era uno de los palestinos más notables en sus prisiones, junto con otros 70 prisioneros palestinos.
Meshaal se salvó por sólo unas horas. Su reputación creció dentro del movimiento de resistencia palestina como "el hombre que no moriría". Se convirtió en el líder de Hamas cuando Israel asesinó a Yassin en 2004.
Mientras tanto, un reprimido Netanyahu se vio obligado a pedir disculpas. Su acto de contrición llegó dos días después cuando llegó a Amman para prometer que Israel no volvería a atentar contra la vida de Meshaal. Este no fue el final para el humillado primer ministro israelí. Perdió su candidatura a la reelección en 1999, después de la cual se retiró temporalmente de la política.
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