El presidente tunecino Kais Saied habló el lunes sobre la reactivación de la pena de muerte después de que se suspendieran las ejecuciones en el país durante casi 29 años.
El anuncio de Saied se produjo después de una reunión del Consejo de Seguridad Nacional en el Palacio de Cartago, días después de que una niña fuera violada y brutalmente asesinada al norte de la capital. La familia de la víctima había exigido la ejecución del asesino.
Según una declaración presidencial, Saied se refirió a "los altos índices de delincuencia en el país", pidiendo "hacer frente con firmeza a este fenómeno".
La declaración decía: "Los autores de tan atroces crímenes no serán considerados para la libertad condicional en el futuro, ni para la reducción de la sentencia, por lo que el indulto debe ser concedido sólo a aquellos que lo merezcan".
La declaración añadía: "La ley es clara a este respecto. Quien mate a una persona sin motivo alguno será castigado con la pena de muerte, especialmente los que cometan asesinatos múltiples".
La declaración explicaba que "los autores de estos crímenes tendrán un juicio justo y tendrán derecho a defenderse".
El presidente tunecino también se refirió a "la lentitud de los procedimientos judiciales en los casos de corrupción".
Túnez no ha llevado a cabo ninguna ejecución desde 1991.
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