El presidente de Turquía ha dicho que las operaciones militares a lo largo de la frontera con Siria continuarán si no se cumplen las promesas de eliminar a los grupos terroristas. Si no se retiran, advirtió Recep Tayyip Erdogan, Turquía se verá obligada a eliminarlos.
Erdogan hizo sus observaciones el sábado en un discurso en vídeo que marcaba la inauguración de la nueva presa Reyhanlı, junto con otros proyectos e instalaciones en el sur de la provincia turca de Hatay.
"Mientras frustrabamos los intentos de establecer un corredor de terrorismo a lo largo de nuestras fronteras", explicó, "Turquía también mostró a nuestros hermanos y hermanas sirios que no están solos".
El presidente turco se refirió a las tres intervenciones militares de su país en Siria en los últimos años, entre ellas la Operación Escudo del Éufrates en 2016, la Operación Rama de Olivo en 2018 y la Operación Primavera de la Paz en 2019.
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Todas esas intervenciones se llevaron a cabo con el objetivo de limpiar la región fronteriza turco-siria de grupos militantes kurdos como las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) y las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), que Turquía insiste en que están vinculados al grupo terrorista designado, el Partido de los Laborista del Kurdistán (PKK).
Tras la última operación militar de Turquía, cuyo objetivo era establecer una zona segura a 30 kilómetros de distancia en el noreste de Siria en la que se expulsaría a los terroristas y se podría asentar a los refugiados sirios desplazados, llegó a un acuerdo con Rusia para que los militantes del YPG y las SDF fueran expulsados de algunas de las zonas. A cambio, Turquía aceptó poner fin a su operación y realizar patrullas militares conjuntas en la zona con Rusia.
Sin embargo, casi un año después de que se alcanzara ese acuerdo, se informa de que los grupos militantes kurdos todavía no han sido retirados totalmente de las zonas acordadas, y la situación de la zona de seguridad prevista todavía no se ha aclarado.
En su discurso en vídeo, Erdogan también dijo que Turquía no aceptará ninguna medida que dé lugar a una nueva crisis humanitaria en la provincia noroccidental siria de Idlib, que sigue siendo el último bastión importante de la oposición siria. La zona ha sido objeto de una campaña de bombardeos por parte del régimen de Assad y Rusia desde el año pasado.
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