Turquía realizará un ensayo con el sistema de defensa antimisiles ruso S-400 la próxima semana, lo que enfurecerá a los EE.UU. y hará que se sientan "profundamente preocupados".
Según el sitio de noticias estadounidense Bloomberg, que citó fuentes familiarizadas con el asunto, Turquía realizará el ensayo completo del sistema de defensa que compró a Rusia, principalmente para observar el grado de preparación del personal militar turco en el lugar del ensayo en la provincia septentrional de Sinop, en la costa del Mar Negro. Según se informa, estos ensayos no supondrán la activación de las baterías del sistema.
La compra por parte de Turquía del sistema de defensa contra misiles de fabricación rusa ha sido causa de tensiones entre el país y los Estados Unidos durante los dos últimos años, y Washington insta constantemente a Ankara a devolver el sistema a Moscú. También lo puso como condición para vender su propio sistema de misiles Patriot a Turquía, pero el Presidente Recep Tayyip Erdogan se ha negado anteriormente a renunciar al sistema S-400.
La decisión de Turquía también ha sido un punto de controversia en la alianza de la OTAN, ya que muchos afirman que el sistema S-400 comprometería el propio aparato de seguridad del grupo y permitiría a su rival Rusia acceder a las capacidades militares de la alianza.
El informe de la prueba prevista por Turquía llegó poco después de los informes publicados ayer, de que sus militares habían sido vistos moviendo componentes del sistema S-400 a la ciudad de Samsun en el Mar Negro.
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Después de estos informes, los EE.UU. expresaron su profunda preocupación por la prueba prevista, cuando un portavoz del Departamento de Estado dijo al sitio de noticias ruso Sputnik: "Estamos al tanto de estos informes. Continuamos objetando enérgicamente la compra por parte de Turquía del sistema de defensa aérea S-400, y estamos profundamente preocupados por los informes de que Turquía continúa con sus esfuerzos para poner en funcionamiento este sistema".
El portavoz también se refirió a la suspensión de Turquía por parte de los EE.UU. del programa conjunto de aviones de combate F-35 el año pasado, declarando que "señalaba la seriedad con la que la administración aborda este asunto". El Departamento de Estado concluyó subrayando "a los más altos cargos que la transacción del S-400 sigue siendo un gran obstáculo en su relación bilateral y en la OTAN, así como un riesgo para las posibles sanciones de la CAATSA". Confiamos en que el presidente Erdogan y sus altos cargos entiendan nuestra posición".
La administración del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, no ha sancionado hasta ahora a Turquía por el tema del S-400, a pesar de los crecientes llamamientos del Congreso para que lo haga. Si el gobierno decidiera tomar represalias diplomáticas contra Turquía, podría promulgar sanciones a través de la Ley de Lucha contra los Adversarios de América a través de Sanciones (CAATSA), como ya lo ha hecho para países como Irán, Corea del Norte y la propia Rusia.
Aunque no se han impuesto sanciones a Turquía, hace dos meses se reveló que el Congreso de los EE.UU. estaba bloqueando en secreto los principales acuerdos de armas con Turquía durante los dos últimos años en relación con la cuestión del S-400.