El presidente de Siria, Bashar al-Assad, se movilizó el miércoles para eximir del impuesto sobre la renta a los trabajadores con salarios más bajos, según su oficina, mientras la economía se hunde bajo el peso de las sanciones de EE.UU. y de casi una década de guerra.
El decreto legislativo, la primera enmienda de este tipo en años, amplía el tramo de trabajadores de bajos ingresos exentos de impuestos para cubrir a los que ganan 50.000 libras sirias (40 dólares) o menos al mes, pasando de 15.000 libras sirias. También modifica otros tramos de impuestos para "reducir la carga fiscal de los que tienen ingresos limitados", dijo la presidencia.
Los sirios han sufrido fuertes subidas de precios en los últimos meses, ya que el colapso de la moneda hace subir la inflación y se acumulan las dificultades. La economía también se ha visto afectada por la crisis financiera del vecino Líbano, que ha asfixiado a una fuente clave de dólares.
En una decisión separada, la presidencia también dijo que Assad iba a dar una subvención única de 50.000 libras sirias a todos los empleados de las instituciones estatales, incluido el ejército. Los trabajadores públicos jubilados recibirían 40.000 libras.
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