Human Rights Watch ha pedido a las autoridades egipcias que detengan inmediatamente las ejecuciones y vuelvan a juzgar a los detenidos en el corredor de la muerte después de haber ejecutado a 49 personas en 10 días.
"Las ejecuciones masivas de decenas de personas en cuestión de días en Egipto es indignante", dice el director adjunto de MENA Joe Stork.
"La ausencia sistemática de juicios justos en Egipto, especialmente en casos políticos, hace que cada sentencia de muerte sea una violación del derecho a la vida".
Entre el 3 y el 13 de octubre, las autoridades egipcias ejecutaron a dos mujeres y 32 hombres condenados en causas penales y a 15 presos políticos.
Trece de esos presos políticos estaban detenidos en el pabellón de ejecución de la Prisión del Escorpión, donde a finales de septiembre cuatro funcionarios de prisiones y cuatro detenidos fueron asesinados en lo que las autoridades dijeron que era un intento de fuga de la prisión.
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En ese momento, los grupos de derechos dudaron de que fuera posible una fuga de la prisión, dado que Escorpión es una de las cárceles más seguras del país. Han pedido a las autoridades que revelen la verdadera causa de la muerte y si los reclusos fueron liquidados físicamente o no.
Las ejecuciones han sido descritas como una advertencia a otros reclusos que podrían haber presenciado lo ocurrido, y como una represalia por el asesinato de los oficiales.
Según un abogado que habló con la familia de dos de los reclusos, los cuatro reclusos mataron a los oficiales utilizando herramientas improvisadas, tras lo cual las fuerzas de seguridad entraron en el bloque y otros reclusos oyeron disparos.
Egipto es uno de los diez principales países del mundo en cuanto a ejecuciones y condenas a muerte, junto con China, Irán y Arabia Saudita.
Desde el golpe de Estado de 2013, mediante el cual Abdel Fattah Al-Sisi asumió el poder, las condenas a muerte se han disparado en Egipto. Las ejecuciones se suelen llevar a cabo tras juicios injustos y masivos y confesiones obtenidas mediante tortura.
En un fallo especialmente escandaloso, en 2014 el Tribunal Penal de Minya condenó a muerte a más de 500 personas al mismo tiempo.