Francia ha sido acusada de difundir "el racismo y el odio cultural" por funcionarios turcos que han prometido emprender acciones legales contra la revista satírica francesa Charlie Hebdo, en la última ronda de la amarga disputa entre París y Ankara.
Los medios de comunicación estatales dijeron que los fiscales turcos han iniciado una investigación oficial sobre Charlie Hebdo después de que ésta siguiera su reedición de caricaturas muy ofensivas del Profeta Mahoma (la paz sea con él) con una caricatura del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en la última portada de su revista. La caricatura lo describe como una persona sexualmente depravada mientras que también muestra una aparente referencia burlona al Profeta Mahoma (LPSCE).
Se informa que Erdogan dice que estaba molesto y enfadado "no por el repugnante ataque contra mí" sino por la "vulgaridad contra nuestro profeta, a quien consideramos más querido que nuestras propias vidas".
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El presidente turco, que dijo que había evitado deliberadamente ver la caricatura, añadió: "Sabemos que el objetivo no soy yo, sino los valores que estamos defendiendo... Es un honor para nosotros adoptar una postura sincera contra los ataques a nuestro profeta."
El ministro de Justicia de Turquía, Abdulhamit Gul, informó a los periodistas de que Turquía respondería por medios legales diciendo que la legislación turca contenía medidas para imponer sanciones a las personas que atacasen "nuestro país y nuestros valores" y que se habían adoptado "las medidas necesarias".
En respuesta, el director de comunicaciones de la presidencia, Fahrettin Altun, dijo: "Charlie Hebdo acaba de publicar una serie de las llamadas caricaturas llenas de imágenes despreciables supuestamente de nuestro presidente. Condenamos este asqueroso esfuerzo de esta publicación por difundir su racismo y odio cultural".
El Vicepresidente Fuat Oktay pidió a la comunidad internacional que alzara su voz contra "esta vergüenza" y añadió " no puedes insultar a nadie escondiéndote detrás de la libertad de pensamiento".
Las relaciones entre París y Ankara son las peores que se recuerdan. Ambos países también se han enfrentado por la exploración de gas en el Mediterráneo Oriental y en el conflicto de Libia, donde apoyan a las partes opuestas.