Los Estados Unidos han acordado extraditar a Japón a los dos ciudadanos estadounidenses, Michael Taylor, veterano de las Fuerzas Especiales, y a su hijo, Peter Taylor, de quienes se sospecha que ayudaron al ex magnate de la automoción Carlos Ghosn a escapar de Japón a finales de 2019.
La Agencia France-Presse (AFP) informó de que en un documento judicial se afirmaba que el secretario de Estado adjunto Stephen Biegun había accedido a la solicitud de extradición de los sospechosos presentada por Japón.
La fiscal del Departamento de Estado Karen Johnson dijo: "Confirmo que la decisión de extraditar a Taylor y a su hijo Japón es coherente con las obligaciones internacionales y las leyes y reglamentos nacionales".
Sin embargo, un juez federal de Massachusetts detuvo el proceso de extradición, el jueves, después de que los dos sospechosos apelaran la decisión, en espera de una audiencia de su caso.
El padre y su hijo confirmaron que recibieron un correo electrónico el miércoles temprano informándoles que serán transferidos en un avión de Boston a Tokio el jueves a la 1:00 pm.
Los dos sospechosos creen que no tendrán un juicio justo en Japón, mientras que sus abogados describieron la decisión del Departamento de Estado como "arbitraria" y en violación de la ley de EE.UU. y el acuerdo de extradición firmado con Japón, señalando que Tokio no proporcionó las pruebas suficientes.
Acusado de traficar con Ghosn
Tokio acusó a los dos hombres, así como al libanés, George Antoine Zayek, de ayudar al ex director general de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi a escapar de Japón en diciembre de 2019.
La justicia japonesa liberó a Ghosn, de nacionalidad francesa, libanesa y brasileña, después de ser arrestado bajo cargos de violaciones financieras, prohibiéndole al mismo tiempo salir del país. Sin embargo, logró escapar de Japón.
Ghosn, que niega los cargos que se le imputan, ha buscado desde entonces refugio en el Líbano, que no tiene un acuerdo de extradición con Japón.