Las conversaciones sobre el futuro de Libia se suspendieron el domingo sin nombrar un nuevo gobierno que supervise la transición a las posibles elecciones del próximo año, y la enviada en funciones de la ONU, Stephanie Williams, dijo que aún queda mucho trabajo por hacer.
Los 75 participantes elegidos por las Naciones Unidas para reunirse la semana pasada en Túnez ya habían acordado celebrar elecciones presidenciales y parlamentarias el 24 de diciembre del año próximo.
Sin embargo, las conversaciones terminaron sin que se llegara a un acuerdo sobre una autoridad ejecutiva unificada que, según Williams, era necesaria para llegar a las elecciones.
"Diez años de conflicto no pueden resolverse en una semana", dijo en una conferencia de prensa después de que las conversaciones concluyeran.
Los delegados reanudarán las conversaciones a través de Internet la próxima semana para discutir una estructura reformada y el papel de la autoridad ejecutiva, añadió Williams. También discutirán la cuestión de una base constitucional para las elecciones.
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Las conversaciones son parte de un proceso de paz más amplio junto con un alto el fuego militar acordado entre las dos partes principales de la guerra: el internacionalmente reconocido Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) y el Ejército Nacional Libio (LNA) de Khalifa Haftar.
Sin embargo, muchos libios son escépticos acerca de un proceso que tiene lugar tras casi un decenio de caos y derramamiento de sangre y de repetidos esfuerzos anteriores por resolver las divisiones del país.Desde 2014 el país se ha dividido entre facciones rivales con sede en Trípoli, sede del GNA, y en el este de Libia, donde tiene su sede el LNA.
El GNA surgió de un acuerdo político respaldado por las Naciones Unidas en 2015, pero fue rechazado por las facciones orientales. El año pasado, Haftar lanzó una ofensiva en Trípoli que el GNA rechazó en junio con el apoyo de Turquía.
El LNA está respaldado por los Emiratos Árabes Unidos, Rusia y Egipto.