La embajada de los Estados Unidos en la capital de Iraq, Bagdad, fue blanco de cohetes, en un ataque en el que resultaron heridos cinco civiles y en el que falleció un niño.
Se dispararon siete cohetes en la Zona Verde de Bagdad desde el barrio oriental de Al-Ameen, según confirmó una declaración del ejército iraquí. Cuatro de los cohetes cayeron dentro de la zona, mientras que los otros tres impactaron en las zonas circundantes fuera de ella, donde una niña murió y los otros cinco civiles resultaron heridos.
Sin embargo, las fuerzas estadounidenses no sufrieron ninguna baja y el personal militar y diplomático se protegió en refugios durante el ataque. Tampoco se informó de que se produjeran daños materiales en el edificio de la embajada de los Estados Unidos.
Todavía no se ha identificado quién o qué grupo disparó los cohetes, pero se sospecha que lo hizo una de las milicias chiítas apoyadas por el Irán bajo la dirección de las Fuerzas de Movilización Popular (PMF). Los grupos militantes Kata'ib Hezbollah y Asaib Ahl al-Haq están entre los más prominentes, han amenazado constantemente a las fuerzas estadounidenses dentro del país.
Un anterior ataque con cohetes a la embajada de EE.UU. tuvo lugar en agosto, y tampoco se informó de ninguna baja. El mes pasado, las milicias chiítas apoyadas por Irán acordaron un "alto el fuego condicional" para detener sus ataques a la embajada y la misión diplomática de EE.UU., con la condición de que el gobierno iraquí presente un calendario para la retirada de las tropas estadounidenses. Esto se produjo después de que el gobierno de EE.UU. elaboró una lista de 80 sitios pertenecientes a las milicias que planeaba atacar si los ataques continuaban.
El gobierno iraquí bajo el primer ministro Mustafá Al-Kadhimi ha prometido hacer frente a las milicias chiítas apoyadas por Irán, sus ataques a las misiones diplomáticas y sus asesinatos a los críticos en todo el país.
Aunque se han hecho esfuerzos por limitar su influencia en las fuerzas armadas y la sociedad del país mediante redadas en los cuarteles de las milicias y la detención de varios miembros, muchos afirman que no se está haciendo lo suficiente y que no se está haciendo frente adecuadamente a las milicias.
La presión sobre el gobierno iraquí sólo ha aumentado después de que los Estados Unidos amenazaran en septiembre con retirar su misión diplomática y cerrar su embajada en Bagdad, lo que el Iraq ha protestado por sus temores de una ruptura de la seguridad si abandonaba el país.
El último ataque con cohetes de anteayer se produjo momentos después de que la administración estadounidense del presidente Donald Trump anunciara la nueva retirada de miles de tropas estadounidenses de Iraq y Afganistán para el 15 de enero del próximo año, dejando el número oficial de tropas en 2.500 en esos países.