Los llamamientos a la venganza por el asesinato del principal científico nuclear de Irán son cada vez más fuertes con una serie de manifestaciones que se celebran en todo el país, incluso en la capital, informó Anadolu.
Los manifestantes en Teherán, desafiando el intenso frío y el fuerte aguacero, se presentaron ante el Parlamento, la oficina del presidente y el Consejo de Seguridad Nacional para pedir una respuesta enérgica.
Los llamamientos también proceden de altos funcionarios políticos y militares, que han prometido "una respuesta firme" al asesinato de Mohsen Fakhrizadeh.
El domingo, el Parlamento iraní celebró una sesión a puerta cerrada para discutir el asesinato del científico y pidió un informe detallado al ministro de inteligencia.
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La casa aprobó un plan de acción estratégico para reducir la cooperación con la agencia nuclear de la ONU en respuesta al asesinato.
Fakhrizadeh, que dirigía la división de investigación e innovación del Ministerio de Defensa de Irán, fue asesinado por asaltantes no identificados a las afueras de la capital Teherán el viernes.
Es el quinto científico nuclear iraní asesinado desde 2010. Como en ocasiones anteriores, Irán ve la mano del archienemigo Israel detrás de la matanza que ha reavivado las tensiones.
Duras palabras
El domingo, el parlamento aprobó un proyecto de ley de doble urgencia en virtud del cual se reconsideraría la aplicación voluntaria del Protocolo Adicional al Tratado de No Proliferación (TNP) y se modificarían también las condiciones de cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Esta medida también podría afectar al futuro del acuerdo nuclear de Irán firmado entre Teherán y las potencias mundiales en 2015. Los EE.UU. se retiraron del acuerdo en 2018, pero la próxima administración Biden ha mostrado interés en volver a él.
Hablando al margen de la sesión, el presidente Mohammad Baqer Qalibaf, argumentando el caso de las represalias, dijo que el "enemigo no se arrepentirá [del acto] excepto con una fuerte reacción [de Irán]".
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Dijo que la matanza debería convertirse en una "oportunidad" para fortalecer la seguridad en el campo nuclear y subrayó que el gobierno de Teherán no debe "enviar señales débiles".
La declaración de Qalibaf se dirigió al gobierno dirigido por Hassan Rouhani que parece ver la opción de "represalias militares" como algo no viable en esta coyuntura.
Anteriormente, el vicepresidente Syed Amir Hossein Ghazizadeh también criticó al Ministerio de Asuntos Exteriores por su "debilidad en la construcción de consenso" ya que "ningún país europeo o los demócratas de EE.UU. condenaron el asesinato [del científico]", tuiteó.