El mundo debería estar agradecido con Israel por el asesinato del prominente científico iraní Mohsen Fakhrizadeh, se jactó un alto funcionario del estado sionista en una entrevista con el New York Times.
Hablando bajo condición de anonimato, el alto funcionario que participó en la búsqueda del hombre de 59 años antes de que fuera asesinado a tiros cuando iba a visitar a su familia, prometió que Israel seguiría actuando contra la República Islámica como le pareciera.
Hasta ahora Israel se ha negado a hacer comentarios sobre el asesinato, que ha sido recibido con indignación y condena. Los comentarios del anónimo funcionario israelí al Times son lo más cercano que el estado de ocupación ha estado de admitir el asesinato.
Enorgulleciéndose de lo que muchos han denunciado como un acto de "terrorismo de estado", el funcionario israelí dijo que las aspiraciones de Irán de tener armas nucleares, promovidas por Fakhrizadeh, planteaban tal amenaza, que el mundo debería agradecer al estado sionista.
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Ni siquiera los aliados de Israel compran esa narración y en cambio la matanza ha sido recibida con desprecio. "Este fue un acto criminal y altamente imprudente", dijo el ex director de la CIA John Brennan en un tweet que implicaba que el presidente Donald Trump estaba de alguna manera involucrado. "Se arriesga a una represalia letal y a una nueva ronda de conflicto regional. Los líderes de Irán serían sabios si esperaran el regreso de un liderazgo estadounidense responsable en el escenario mundial y resistieran el impulso de responder contra los culpables aparentes".
Brennan continuó insinuando que el asesinato de Fakhrizadeh fue un acto de terrorismo. "No sé si un gobierno extranjero autorizó o llevó a cabo el asesinato de Fakhrizadeh", escribió Brennan. "Tal acto de terrorismo patrocinado por el Estado sería una flagrante violación del derecho internacional y alentaría a más gobiernos a llevar a cabo ataques letales contra funcionarios extranjeros".
Consciente de que sus comentarios lo abrieron a la acusación de hipocresía, Brennan, que bajo la administración del presidente Barack Obama intensificó la política de asesinatos de los Estados Unidos, explicó que el asesinato de científicos "es muy diferente de los ataques contra líderes terroristas y operativos de grupos como Al-Qaeda y el Estado Islámico, que no son Estados soberanos". Según Brennan "como combatientes ilegítimos según el derecho internacional, pueden ser objetivo para detener ataques terroristas mortales".