La decisión de la empresa internacional de reestructuración Alvarez & Marsal (A&M) de renunciar a su contrato para llevar a cabo una auditoría forense del Banco Central del Líbano ha arrojado una sombra sobre el futuro del país y ha agravado su aplastante crisis financiera.
El mes pasado, Alvarez & Marsal dijo que sus equipos no recibieron los documentos que necesitaban del Banco del Líbano (BDL) unos dos meses y medio después de firmar un contrato para comenzar la auditoría forense; una demanda clave para los donantes internacionales. Añadió que la falta de acción le obligó a cancelar su contrato.
Los países donantes y el Fondo Monetario Internacional (FMI) dijeron que el Líbano sólo recibiría la ayuda que necesita si se realiza una auditoría forense del banco central.
Los datos del Instituto Libanés de Estudios de Mercado indican que el banco central ha perdido 40.000 millones de dólares, incluidos 20.000 millones de dólares sólo entre 2018 y 2020.
Además, el FMI espera que el PIB del país disminuya de manera sin precedentes a 18.000 millones de dólares para finales de 2020, frente a los 53.000 millones de 2019.
A finales de septiembre de 2020, la deuda pública del Líbano alcanzaba unos 95.000 millones de dólares.
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