El martes, Turquía condenó la interceptación de uno de sus buques por las fuerzas libias con base en el este del Mediterráneo, diciendo que se le debe permitir reanudar su viaje hacia el oeste de Libia y advierte de posibles represalias.
El Ejército Nacional Libio (LNA) de Khalifa Haftar, con base en el este, dijo el lunes que interceptó el barco turco Mabrouka, bajo bandera jamaicana, que se dirigía al puerto de Misrata. Una fuente turca dijo que el buque transportaba medicamentos y productos médicos.
Turquía es el principal patrocinador extranjero del internacionalmente reconocido Gobierno del Acuerdo Nacional (GNA) de Libia en Trípoli, que lleva años luchando contra el LNA. En octubre, el GNA y el LNA firmaron un acuerdo de alto el fuego y las Naciones Unidas han estado impulsando un diálogo político con miras a la celebración de elecciones el año próximo como solución.
En una declaración, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía dijo que debían adoptarse inmediatamente medidas para asegurar que el buque reanudara su viaje y advirtió que quienes atentaran contra los intereses turcos en Libia serían considerados "objetivos legítimos".
"En un período en el que el proceso político bajo los auspicios de la ONU está en marcha entre nuestros hermanos libios, Haftar y su milicia continúan con su postura hostil", dijo el ministerio.
"Apuntar a los intereses turcos en Libia tendrá graves consecuencias, y estos elementos (que apuntan a los intereses turcos) serán considerados como objetivos legítimos", añadió.
Turquía ha enviado equipo militar, asesores y entrenadores al GNA, cambiando el rumbo del conflicto. El LNA está respaldado por Rusia, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos.
Ambas partes no han podido retirar sus fuerzas del frente, como exige la tregua. El lunes, el LNA acusó a Turquía de seguir suministrando armas y combatientes al GNA. Un panel de expertos de la ONU ha declarado que los partidarios extranjeros de ambos bandos violan el embargo de armas a Libia.
El mes pasado, Turquía y Alemania intercambiaron críticas sobre la inspección de un barco de carga turco por parte de una misión militar de la Unión Europea en el Mediterráneo con el fin de hacer cumplir el embargo de armas de Libia, en un movimiento que Ankara calificó de ilegal.
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