Turquía está planeando retirarse de más posiciones militares en la provincia noroccidental siria de Idlib, alegando la necesidad de evitar "riesgos potenciales".
Según fuentes que informaron al medio de comunicación Middle East Eye, las fuerzas turcas serán pronto evacuadas de dos posiciones militares en las zonas de Siena y Khan Tuman, así como de un puesto de observación.
Las zonas están actualmente bajo el control del régimen del presidente Bashar Al-Assad, lo que significa que la retirada tiene por objeto principal eliminar los posibles riesgos y vulnerabilidades estratégicas que las fuerzas turcas podrían enfrentar en caso de una nueva ofensiva del régimen.
Sin embargo, una de las fuentes cercanas a la decisión declaró que la retirada no se debía a debilidad o aprensión, sino sólo a "movimientos preventivos". Si se produjera un nuevo enfrentamiento en los próximos días, estas posiciones militares no podrían ser utilizadas como palanca por el régimen sirio".
"Hay una gran presencia en la zona de las milicias del régimen sirio, especialmente las iraníes, que no están bajo control", explicaron las fuentes.
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La fuente aseguró que "Seguiremos defendiendo a Idlib. Estamos tomando estas medidas para proteger mejor a Idlib", añadiendo que el acuerdo de alto el fuego con Rusia, alcanzado en 2017 para que la provincia se convirtiera en una zona de desescalada, era sólo una realidad sobre el papel.
Esta retirada será la última de las medidas tomadas por el ejército turco en el noroeste de Siria, que en octubre se retiró de algunos puestos de observación y bases clave en Idlib y la provincia de Alepo.
Esas decisiones sorprenden a muchos debido a que esas posiciones, mantenidas durante mucho tiempo, habían servido de instrumento de negociación turco y de base para sus militares en la región. El razonamiento, sin embargo, es que tendrían dificultades para ser defendidas en un nuevo conflicto y se han vuelto en gran medida redundantes durante el último año después de que el régimen avanzara.
Desde que se alcanzó el último acuerdo de alto el fuego en marzo, después de que los militares turcos castigaran a las fuerzas del régimen sirio, se ha considerado inminente e inevitable una nueva ofensiva debido al objetivo persistente del régimen de recuperar la provincia de la oposición respaldada por Turquía.
Como los ataques aéreos rusos continuaron y los combates se produjeron en el frente de Jabal Al-Zawiya en violación del alto el fuego, Turquía ha estado enviando refuerzos y equipo militar a través de su frontera y a la provincia durante meses en previsión de una nueva ofensiva.