Las autoridades saudíes se esfuerzan por mejorar su imagen de cara a la inauguración del gobierno de Joe Biden en el nuevo año, contratando a lobistas en América para que establezcan contactos con los legisladores.
Uno de los grupos de presión que Arabia Saudita ha reclutado es la empresa de relaciones públicas LS2 Group, con la que firmó un contrato de un año en 2019 a un costo de 1,5 millones de dólares, según la CNBC.
Los documentos también revelaron que Arabia Saudita utilizará los servicios de Arena Strategy Group, como indican los registros del contrato firmado el 1 de diciembre, con la comisión de la empresa para "informar al público, a los funcionarios del gobierno y a los medios de comunicación de la importancia de fortalecer las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita".
Según los documentos filtrados, el contrato, por valor de 5.000 dólares al mes, se firmó unas semanas después de la victoria de Biden en las elecciones.
Arabia Saudita también está pagando 25.000 dólares al mes a Off Hill Strategies por un período que va desde octubre hasta el 18 de enero de 2021, por lo que el grupo de presión "apoyará los esfuerzos de la embajada para comunicarse con el Congreso y fortalecer las relaciones bilaterales entre Arabia Saudita y los Estados Unidos".
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Las cifras del Centre for Responsive Politics (CRP), una organización independiente con sede en Washington, indican que en 2018 Arabia Saudita gastó más de 30 millones de dólares en lobbistas y unos 5 millones de dólares en 2020 hasta la fecha.
Las relaciones de Riad con la Casa Blanca fueron testigos de un importante acercamiento durante la época de Donald Trump, quien estableció una relación personal con los gobernantes del reino y lanzó una campaña de "máxima presión" contra su oponente, Irán, mientras hacía la vista gorda a las violaciones de los derechos humanos de Riad.
Al reino le preocupa que el gobierno de Biden retire las sanciones que Trump impuso al Irán y vuelva a adherirse al acuerdo nuclear con Teherán, limite la venta de armas a Arabia Saudita y responsabilice al reino de las violaciones de los derechos humanos.
Un representante de la embajada saudita en Washington no respondió a la solicitud de comentarios de la CNBC.