El ministro de relaciones exteriores de Egipto ha dicho que ningún país tiene derecho a interferir en los asuntos internos de su país, aparte de los propios egipcios.
"Cada sociedad tiene sus propias condiciones de acuerdo con los desafíos que enfrenta", dijo Sameh Shoukry en una conferencia de prensa después de acoger una reunión entre sus homólogos de Francia, Alemania y Jordania.
"Alemania, por ejemplo, tiene un presente que difiere del de hace 70 años, al igual que Europa en general".
El comentario se hizo en un intento de desviar las crecientes críticas internacionales sobre la situación de los derechos humanos en Egipto, donde hay 60.000 presos políticos que son torturados sistemáticamente y a los que se les niega atención médica.
Bajo el régimen actual, la pena de muerte se ha disparado.
Shoukry siguió negando que en Egipto haya presos políticos, alegando que ningún periodista en Egipto, ya sea egipcio o extranjero, ha sido acusado por expresar su opinión.
Shoukry insiste en que las personas encarceladas son las que persiguen el extremismo y la violencia.
Egipto es uno de los tres principales países que encarcelan a periodistas, junto con Turquía y China, según el Comité para la Protección de los Periodistas.
En enero de 2019 el general convertido en presidente Abdel Fattah Al-Sisi negó que hubiera presos políticos en Egipto a pesar de que los grupos de derechos humanos afirmaron que es más peligroso criticar al gobierno ahora que en cualquier otro momento de la historia reciente del país.
LEER: Un alto funcionario del Ministerio de Salud egipcio muere a causa del coronavirus
Durante la conferencia de prensa de ayer, el ministro de relaciones exteriores de Egipto dijo que esperaba que la administración del presidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden, evaluara los derechos humanos en el país de una manera justa basada en información documentada.
Los analistas han dicho que el régimen de Sisi teme que el presidente estadounidense entrante sea más duro con sus abusos de derechos humanos después de que Biden declarara que no habría más "cheques en blanco" para Egipto.
Donald Trump y Al-Sisi eran famosos por su cercanía, con el presidente saliente de los Estados Unidos refiriéndose a Al-Sisi como su "dictador favorito".
Los legisladores estadounidenses están presionando para que se ejerzan mayores controles sobre la ayuda militar estadounidense a Egipto, de manera que se aproveche la capacidad de Egipto para respetar los derechos humanos.
En 2016 el General Al-Sisi dijo que los derechos humanos y las libertades en Egipto no deben ser vistos desde una "perspectiva occidental" y que las diferentes condiciones internas y regionales hacen difícil aplicar las mismas libertades civiles.
Sus comentarios fueron criticados por grupos de derechos que los interpretaron como una excusa para su abrumadora represión de los derechos humanos.