Israel sufrió en 2020 el mayor déficit presupuestario de su historia, 50.400 millones de dólares (160.300 millones de shekels), anunció el Ministerio de Finanzas.
Debido a los duros efectos económicos de la pandemia del coronavirus, el Tesoro dijo que el déficit, que es tres veces mayor que el de 2019, asciende al 11,7% del producto interno bruto (PIB) del país.
El año pasado, Israel aprobó un paquete de estímulo plurianual de más de 208.000 millones de shekels (65.800 millones de dólares) para ayudar a las empresas y los hogares a hacer frente a los efectos del virus.
El déficit de Israel fue el sexto más alto del mundo en 2020, después del Reino Unido, el Canadá, los Estados Unidos, Islandia y Australia.
Según el Ministerio de Finanzas, el déficit de Israel creció un 7,9% en 2020, sin embargo, en general, el PIB de Israel sólo disminuyó un 3,3%, menos que la proyección mundial para la mayoría de las economías occidentales, que se esperaba fuera del 5,5%.
La semana pasada, el Banco de Israel anunció que espera que la economía se recupere rápidamente en 2021 si se mantiene el rápido inicio de la vacunación de personas contra la COVID-19 en el país.
El banco dejó su tipo de interés de referencia sin cambios en el 0,1% por sexta reunión consecutiva, en línea con las previsiones de los analistas.
Israel ha comenzado a vacunar a su población a uno de los ritmos más rápidos del mundo, y se propone llegar a todos los ciudadanos vulnerables para fines de enero.
El banco central prevé que si se mantiene la rápida tasa de inoculación, la economía crecerá un 6,3% en 2021 y un 5,8% en 2022.
Sin embargo, este año el crecimiento sólo alcanzaría el 3,5% si la tasa de vacunación se redujera, según los economistas del banco en sus últimas previsiones.
La tasa de infección por COVID-19 sigue aumentando en Israel, y el Ministerio de Salud informó ayer de casi 9.589 nuevos casos, lo que supone que el número total desde el comienzo de la pandemia supera el medio millón, con 504.269 casos diagnosticados.