Francia ha repatriado a siete hijos de combatientes de Daesh desde el noreste de Siria. Este ha sido el último esfuerzo de un país europeo para devolver a sus nacionales después de años de renuencia a hacerlo.
Los niños tienen entre 2 y 11 años. Vivían en los campamentos de Al-Hol y Roj, que están dirigidos por milicias kurdas como las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) y las Unidades de Protección del Pueblo (YPG).
Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia, los niños son vulnerables y han sido puestos al cuidado de los servicios sociales. Esta última repatriación eleva a 35 el número de niños de Daesh que regresan a Francia, muchos de los cuales son huérfanos.
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Gran parte de los detenidos en los campos son extranjeros que viajaron a Siria para unirse a Daesh unos años después de que estallara la revolución siria.
Según la ONG Save the Children, más de 9.000 niños extranjeros permanecen en la región y muchos de ellos son nacionales de países europeos, incluida Gran Bretaña. Sólo en el campamento de Al-Hol, se informa de que hay 43.000 niños.
A pesar de los llamamientos de las organizaciones de derechos humanos y de los Estados Unidos para que Gran Bretaña y otros Estados europeos repatrien a sus ciudadanos y los sometan a juicio en sus países de origen, muchos se han negado o se han mostrado reacios a hacerlo. Los gobiernos citan los desafíos a la seguridad que supondrían si se les repatriara.
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