Human Rights Watch (HRW) ha pedido al gobierno del presidente electo Joe Biden el miércoles que deje de vender armas a Arabia Saudita y a los Emiratos Árabes Unidos (EAU), con el fin de tener un impacto negativo en la situación de Yemen.
La organización declaró en un informe publicado en su sitio web: "Las partes del conflicto armado en Yemen han seguido violando las leyes de la guerra durante el último año, incluyendo la comisión de lo que parecen ser nuevos crímenes de guerra".
El informe citaba a Afrah Nasser, un investigador sobre Yemen en HRW, declarando: "Años de violaciones han demostrado que las partes en el conflicto en el Yemen no tienen ningún incentivo para poner fin a sus violaciones, sin una posibilidad real de hacerlas responsables".
"Los gobiernos interesados deberían apoyar públicamente los llamamientos para que se adopten medidas internacionales de rendición de cuentas", añadió el investigador.
El informe continuó: "El gobierno de Biden tiene la oportunidad de tener un impacto positivo en el Yemen al detener la venta de armas a Arabia Saudita y a los Emiratos Árabes Unidos, al menos hasta que detenga los ataques ilegales y lleve a cabo una investigación creíble de las violaciones anteriores".
No hubo comentarios inmediatos de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos en relación con el llamamiento hecho por HRW, pero Riad dice que la intervención militar en el Yemen fue una respuesta a la petición del gobierno legítimo. Fue motivada por la negativa a aceptar la destrucción de los países árabes, especialmente con las acusaciones de interferencia iraní en la crisis del Yemen, que Teherán ha negado.
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Anteriormente, los Emiratos Árabes Unidos indicaron que se habían retirado del Yemen, pero funcionarios del Gobierno yemení confirmaron que Abu Dhabi sigue estando presente en su país y tiene alas militares locales en varias provincias.
Arabia Saudita ha liderado una coalición que ha llevado a cabo operaciones militares en Yemen desde 2015 en apoyo de las fuerzas gubernamentales, contra los hutíes apoyados por Irán, que han controlado muchas provincias incluyendo la capital, Sanaa, en 2014.
Seis años de guerra en Yemen han provocado la muerte de al menos 233.000 personas, mientras que el 80% de la población (30 millones de personas) depende de la ayuda humanitaria en medio de la peor crisis humanitaria del mundo, según estimaciones de las Naciones Unidas.