Funcionarios suizos han abierto una investigación sobre el gobernador del banco central del Líbano por las acusaciones de blanqueo de dinero.
Riad Salameh, de 70 años, está siendo investigado por "posible malversación" y "blanqueo de dinero con agravantes" del banco central libanés, informó el Financial Times.
La investigación se inició a petición del gobierno libanés, que está investigando los informes de que miles de millones de dólares salieron del Líbano a pesar de la prohibición de las transferencias al extranjero, según Associated Press (AP).
La investigación se centrará en las transferencias al extranjero realizadas por el gobernador y sus colaboradores cercanos, pero las autoridades suizas aún no han confirmado si Salameh es objeto de una investigación específica.
Salameh dijo que las alegaciones de que el dinero se había movido al extranjero, "ya sea a nombre de él, de su hermano o de su asistente" eran "noticias falsas", en una declaración emitida por el Banco Central.
La declaración se emitió después de que el ministro de Justicia del Líbano dijera que las autoridades judiciales suizas habían solicitado cooperación en la investigación.
La ministra de justicia Marie-Claude Najm confirmó que había presentado una solicitud al fiscal para cooperar con la investigación, según Reuters.
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Salameh fue acusado anteriormente de delitos financieros en un informe del Proyecto de Información sobre el Crimen Organizado y la Corrupción (OCCRP) y su socio libanés Daraj, en agosto del año pasado.
El informe afirma que Salameh y su familia poseen activos por valor de 100 millones de dólares en todo el mundo, incluidos bienes inmuebles en Alemania, Bélgica y el Reino Unido, y que han utilizado varias empresas ficticias en el extranjero para acumular riqueza de forma ilegítima.
Salameh ha sido criticado recientemente por su gestión de la crisis financiera del Líbano, que ha hecho que la moneda del país, la libra libanesa, pierda más del 80% de su valor.
El gobierno dejó de pagar una deuda de 1,2 millones de dólares en eurobonos en marzo y comenzó las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para conseguir un paquete de rescate, pero las negociaciones se estancaron.
En un esfuerzo por frenar el colapso económico de Líbano, los bancos impusieron estrictos controles de capital, limitando a los titulares de cuentas a retirar tan sólo 100 dólares a la semana, y prohibiendo las transferencias al extranjero.
Sin embargo, durante el caos, surgieron informes de que los libaneses ricos, incluidos los propietarios de bancos y los funcionarios del gobierno, todavía podían transferir capital al extranjero.
En febrero de 2020, el diario local Al-Akhbar informó de que cinco propietarios de bancos habían transferido 2.300 millones de dólares al extranjero desde el mes de octubre anterior.
El primer ministro interino, Hassan Diab, culpó a Salameh de las múltiples crisis, pero éste ha defendido repetidamente su papel.