Turquía y Grecia reanudaron el lunes las conversaciones para resolver la disputa sobre las prospecciones de petróleo y gas en el Mediterráneo oriental, que provocó una grave ruptura entre los dos Estados miembros de la OTAN.
Las conversaciones se celebraron en el Palacio de Dolmabahce, en Estambul, donde el viceministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Sadat Onal, recibió a una delegación griega.
Las discusiones sobre la situación en el Mediterráneo oriental están suspendidas desde 2016 tras una importante escalada entre los dos vecinos. Las recientes prospecciones de gas turcas en lo que los griegos reclaman como sus aguas territoriales sumieron a Ankara y Atenas en una crisis diplomática, sin precedentes desde 1996, cuando ambos países estuvieron al borde del enfrentamiento armado.
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Las conversaciones forman parte de una campaña más amplia lanzada por el Presidente turco Recep Tayyip Erdogan, que busca calmar la tensión con la Unión Europea. El mes pasado, los líderes de la UE decidieron en una cumbre en Bruselas castigar a Turquía por sus movimientos "ilegales y hostiles" en el Mediterráneo contra Grecia y Chipre. Se impusieron sanciones a personas implicadas en las operaciones de Turquía en el Mediterráneo oriental.
Aunque el Primer Ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, dijo que su país entra en estas discusiones con "optimismo y esperanza", no espera ningún progreso significativo. Las dos partes no lograron acordar un orden del día para su reunión, un indicio, quizás, de que las negociaciones pueden resultar inútiles.
Grecia quiere discutir la demarcación de la plataforma continental alrededor de sus islas en el Mar Egeo, mientras que Turquía quiere ampliar el alcance de las conversaciones para incluir las respectivas zonas económicas exclusivas de los países y el espacio aéreo.
El ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, denunció la "provocación" de Atenas, que habló de duplicar la superficie de sus aguas territoriales en el mar Egeo. Ankara considera que este paso es muy peligroso.
El homólogo de Cavusoglu, Nikos Dendias, reiteró la importancia de las conversaciones, subrayando que la reunión no incluirá negociaciones formales, sino discusiones informales sobre el tema. "Pero esperamos que estas conversaciones conduzcan a rebajar la tensión", añadió. A pesar de estas diferencias, la UE congratuló la reanudación del diálogo a ambos países, considerándolo una "señal positiva".
La crisis entre Atenas y Ankara se agravó con el despliegue de un buque turco en la zona en disputa el pasado agosto, cerca de la isla griega de Kastellorizo, a pocos kilómetros de la costa turca. Grecia, que está ultimando un acuerdo de compra de 18 aviones Rafale franceses para reforzar sus defensas, acusó a Turquía de violar sus fronteras marítimas.
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Ankara considera que la presencia de este pequeño islote no justifica que se le impidan las actividades de exploración en una amplia zona del Mediterráneo oriental rica en reservas de gas natural. A finales de noviembre, el buque regresó a puerto en Turquía, en un esfuerzo por rebajar la tensión.
Los analistas creen que Turquía busca reducir la tensión con Europa debido a las dificultades económicas, agravadas por la pandemia del Covid-19 y la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales estadounidenses.
Ankara espera un cambio en la política estadounidense hacia la administración de Erdogan, después de que el presidente turco estableciera una fuerte relación personal con Donald Trump.