Los manifestantes contra el confinamiento se enfrentaron anoche a la policía en la ciudad de Trípoli, en el norte de Líbano, y dejaron 45 heridos.
Al menos nueve fueron trasladados al hospital para ser atendidos por la Cruz Roja libanesa tras los enfrentamientos.
Los manifestantes atacaron oficinas gubernamentales, incendiaron un vehículo militar y bloquearon la plaza principal de la ciudad.
El ejército se desplegó para contener a los manifestantes, informó la Agencia Nacional de Noticias del Líbano (NNA).
Los manifestantes se han enfadado por el bloqueo nacional, que ha empeorado la ya de por sí grave situación económica y ha impedido a muchos trabajar.
El lunes por la noche, la ira se desbordó en Trípoli y se produjeron enfrentamientos similares que dejaron 30 heridos.
Los manifestantes también salieron a la calle en la ciudad de Saida, en el sur de Líbano, en una muestra de solidaridad con los manifestantes de Trípoli.
La semana pasada, las autoridades prolongaron el bloqueo en todo el país, ampliando las restricciones al menos hasta mediados de febrero.
La medida enfureció a los residentes del Líbano, muchos de los cuales dependen de los ingresos diarios para alimentar a sus familias.
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En los tres confinamientos anteriores, el gobierno proporcionó ayuda financiera a quienes no podían trabajar debido a las restricciones, según Al Jazeera. Sin embargo, el gobierno aún no ha anunciado planes para ayudar económicamente a las personas vulnerables bajo el actual toque de queda de 24 horas.
En virtud de las normas de bloqueo, se han cerrado tiendas y restaurantes y se ha restringido la compra de comestibles a las entregas a domicilio, que a menudo no están disponibles en las zonas pobres.
Líbano también está lidiando con una crisis económica debilitante que comenzó al mismo tiempo que las protestas masivas contra el gobierno en octubre de 2019.
La moneda del estado mediterráneo ha perdido más del 80% de su valor en los últimos 12 meses y ha visto cómo el 50% de la población se ha visto empujada bajo el umbral de la pobreza.
A pesar de las preocupaciones económicas, el cierre más reciente ha sido forzado después de que un pico de casos de coronavirus, causado por una relajación de las normas de cierre durante el período de Navidad, amenazara con abrumar al sector de la salud de Líbano.
En este país de seis millones de habitantes se han registrado más de 280.000 casos y 2.477 muertes por la enfermedad desde el estallido de la pandemia.
La entrega de las primeras dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech está prevista para el próximo mes en el marco de un programa financiado por el Banco Mundial.
El despliegue inicial de la vacuna se dirigirá a grupos prioritarios, como los trabajadores sanitarios de alto riesgo, las personas mayores de 65 años y los ciudadanos de entre 55 y 64 años con comorbilidades.
Polémicamente, los periodistas también han sido incluidos en la lista de grupos de alta prioridad.