El jueves al amanecer, la policía israelí irrumpió en el barrio ocupado de Jerusalén de Isawiya y allanó una vivienda palestina, deteniendo a un niño de 13 años y a su hermano de 18.
En declaraciones al periódico israelí Haaretz, el niño de 13 años dijo que la policía israelí le había dado una descarga eléctrica y lo había golpeado duramente cuando lo detuvieron y durante el interrogatorio, que se llevó a cabo en ausencia de sus padres.
El niño indicó que la policía israelí hizo una redada en su casa alrededor de las 3 de la mañana y los detuvo a él y a su hermano. El periódico se refirió al muchacho como "M", y reveló que la policía israelí lo retuvo durante 12 horas antes de que fuera liberado para que cumpliera un arresto domiciliario durante cinco días.
M dijo que fue torturado, golpeado e insultado por la policía israelí durante un largo periodo de tiempo. La policía israelí lo negó, alegando que su detención era legal.
"Me tiraron al suelo junto con mi hermano", declaró M. "Nos golpearon, nos esposaron y nos llevaron antes de ponerme los zapatos. Sujeté los zapatos con las manos. Les pedí a los policías si podía calzarme, pero me abofetearon y me vendaron los ojos".M contó que permaneció tres horas con las manos atadas a la espalda mientras estaba sentado sobre sus rodillas. Cuando se cansó y cayó al suelo, un policía le dio una patada y luego se lo llevaron para interrogarlo.
Según Haaretz, el chico transmitió que cuatro agentes le interrogaron y le acusaron de lanzar piedras. Le dijeron que no permitieron que su padre estuviera presente durante el interrogatorio para no interrumpirlo.
Los interrogadores le dijeron que tenían un vídeo en el que se le veía tirando piedras. Fue liberado 12 horas después, pero su hermano sigue en prisión.
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Haaretz informó que su padre explicó: "Estábamos durmiendo cuando escuchamos el sonido de una fuerte explosión. Miré a mi alrededor y encontré a cinco o seis policías golpeando a mis hijos y aturdiéndolos. Uno de los policías me dio un golpe en la cabeza y me causó una herida. Luego, me golpeó en los dientes".
El padre añadió: "Mi hermano vino de una casa vecina para ver lo que pasaba. Lo pusieron en el suelo y lo apalearon".
Continuó: "Uno de los policías me dijo que había venido a nuestra casa para vengarse de mí y de mis hijos. Pronunció palabras vulgares para insultarme. Sus insultos fueron más amargos que dispararme. Me agarró del cuello y repitió los insultos".
Describiendo a su hijo menor cuando fue detenido, dijo: "Estaba mirando a mi hijo mientras temblaba por las descargas eléctricas. Intentaba acercarse a mí, pero no se lo permitieron. Incluso la policía de fronteras no entendía por qué nos golpeaban".