Una delegación militar de Reino Unido acaba de finalizar una visita oficial de tres días a Egipto para fortalecer la cooperación bilateral, mejorar la formación conjunta y reforzar la asociación en materia de armamento.
El Teniente General Sir John Lorimer, asesor principal del Jefe del Estado Mayor de la Defensa del Reino Unido para la región de Oriente Medio y Norte de África, y el Mariscal del Aire Martin Sampson se reunieron con altos funcionarios egipcios de defensa de la Marina, la Fuerza Aérea y la autoridad de armamento.
Sampson afirmó que la cooperación es un reflejo del respeto y la ambición mutua entre ambos países.
Los grupos de derechos humanos han pedido continuamente al gobierno del Reino Unido que detenga la cooperación militar con Egipto, en particular la venta de armas, a la luz de los graves abusos contra los derechos humanos que tienen lugar en el país.
Desde la revolución de enero de 2011, el gobierno británico ha concedido licencias de armas a Egipto por valor de 297,6 millones de dólares y lo ha señalado como "mercado principal" para la venta de armas.
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Desde la llegada al poder del general convertido en presidente, Abdel Fattah Al-Sisi, Egipto libra una guerra en el norte de la península del Sinaí que ha matado a niños, arrasado casas y desplazado a miles de personas a la fuerza.
El ejército dispersa por la fuerza las protestas en todo el país, sobre todo durante la masacre de Rabaa de agosto de 2013, cuando mataron a unos 1.000 manifestantes.
Reino Unido se ha negado a impulsar sus ventas de armas al país basándose en la capacidad de Egipto para respetar los derechos humanos, suspendiendo las licencias de armas al Estado norteafricano tras la masacre y restableciendo la mayoría de ellas apenas dos meses después.
Egipto está viviendo sus peores años en cuanto a violaciones de los derechos humanos. Los presos políticos desaparecen por la fuerza, son sistemáticamente torturados y la pena de muerte se dispara.
En el décimo aniversario de la revolución egipcia, la Campaña contra el Comercio de Armas (CAAT) pidió al gobierno británico que pusiera fin a la venta de armas y al apoyo al régimen egipcio.