Las fuerzas armadas yemeníes apoyadas por los hutíes intensificaron el lunes sus ofensivas contra el último bastión de los combatientes progubernamentales en la provincia de Marib, tras los nuevos enfrentamientos del día anterior. Una fuente del gobierno yemení, reconocido por la ONU y respaldado por Arabia Saudí, fue citada por la AFP afirmando que las fuerzas hutíes han sido reforzadas desde entonces.
"Los combates tuvieron lugar a unos 10 kilómetros al oeste de Marib", dijo la fuente anónima. "Al menos 20 combatientes del gobierno murieron y otros 28 resultaron heridos". Añadió que los combatientes hutíes también sufrieron muchas bajas, pero no se dispuso de inmediato de un recuento preciso.
La ofensiva de las fuerzas conjuntas de los hutíes en esta provincia rica en petróleo comenzó el año pasado tras los avances logrados en la vecina provincia de Al-Jawf, incluida su capital provincial, Al-Hazm.
El enviado de la ONU a Yemen, Martin Griffiths, dijo ayer en Twitter que estaba "profundamente preocupado" por la situación en Marib, "especialmente en un momento de renovado impulso diplomático para poner fin a la guerra en Yemen y reanudar el proceso político."
Situation in Sirwah and Medghal districts as Yemeni Army & Houthi Ansarullah are pushing their biggest offensive towards #Marib City, by @saif_es_map: pic.twitter.com/X2QKsO2RKg
— Tony Toh (@tonytohcy) February 9, 2021
Según la Agencia de Prensa de Yemen, las fuerzas hutíes tomaron ayer el campamento militar de Kawfal a las tropas respaldadas por la coalición en el norte de la provincia.
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El acontecimiento se produce una semana después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, anunciara el fin del apoyo a las operaciones de la coalición liderada por Arabia Saudí en Yemen y detuviera algunas ventas de armas al reino.
El Departamento de Estado de EE.UU. también ha notificado al Congreso su intención de revocar la designación de terrorista del movimiento hutí, que se implementó bajo la administración de Trump el mes pasado. La medida de Trump fue condenada ampliamente por las organizaciones humanitarias por considerar que obstaculiza los esfuerzos de ayuda en el país devastado por la guerra, dado que la mayor parte de su población vive bajo el gobierno de facto dirigido por los hutíes, con sede en la capital Sanaa.
El lunes, Mohammed Ali Al-Houthi, miembro del Consejo Político Supremo, órgano ejecutivo del gobierno de Sanaa, insistió en que "los llamamientos a la paz por parte de los Estados miembros de la coalición, mientras continúan con su agresión y bloqueo, tienen como objetivo excitar a los medios de comunicación y jugar el papel de víctima, no de asesino".