El líder del Movimiento Sadr iraquí y destacado clérigo chiíta Muqtada Al-Sadr afirmó ayer que su movimiento no permitirá la normalización entre Irak e Israel, aunque el precio sea "la sangre".
"La normalización está a la puerta, y el Parlamento debe impedirlo. No permitiremos la normalización en absoluto, aunque nos cueste sangre", dijo Al-Sadr a los periodistas en la ciudad sureña de Nayaf.
Al-Sadr no dio más detalles, sin embargo, en enero se formó un nuevo movimiento llamado 25 de Octubre bajo el liderazgo del secretario general Talal Hariri, que pidió tener buenas relaciones con Israel.
El gobierno iraquí, dirigido por el primer ministro Mustafa Al-Kadhimi, no ha emitido una posición clara sobre la demanda del movimiento.
Irak no reconoce oficialmente a Israel y no existen relaciones entre ambas partes.
En octubre de 2017, el Parlamento iraquí aprobó una resolución que prohíbe izar la bandera israelí y castiga a los infractores con la cárcel.
El año pasado, los EAU, Bahréin , Sudán y Marruecos firmaron acuerdos de normalización con Israel. En el momento de los primeros anuncios, Irak declaró que sus leyes le prohibían normalizar las relaciones con el Estado de ocupación.