Los esfuerzos por contener la propagación del coronavirus y evitar su cuarta oleada en Irán se han visto mermados por el aumento de nuevas infecciones en algunas provincias y la alarmante propagación de la variante británica del virus, informa la Agencia Anadolu.
Según las autoridades, el fuerte aumento de nuevos casos y de víctimas mortales en las provincias occidentales, fronterizas con Irak, Azerbaiyán y Turquía, ha complicado la lucha contra la pandemia en el país.
Alireza Raisi, portavoz del grupo de trabajo anticorona de Irán, dijo el sábado que, aunque el gráfico general de la pandemia ha experimentado una inclinación a la baja en las últimas semanas, el repentino aumento en provincias occidentales como Khuzestan era motivo de preocupación.
Señaló que nueve de las principales ciudades de esta provincia rica en petróleo y fronteriza con Irak se encuentran actualmente en zona roja, con una elevada tasa de infecciones.
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El portavoz también señaló con preocupación la situación en la provincia de Azerbaiyán Occidental, fronteriza con Azerbaiyán y Turquía, donde los casos han experimentado una tendencia al alza recientemente.
El vicepresidente del Parlamento iraní, Syed Amir Ghazizadeh Hashemi, que también es miembro del grupo de trabajo anticorona, también expresó su preocupación por la aparición de nuevos casos en las zonas occidentales del país.
Calificó de "preocupante" la situación en Juzestán y Azerbaiyán Occidental, especialmente con la variante británica del virus que está haciendo incursiones en el país, y pidió que se cumplan estrictamente las directrices sanitarias.
La variante británica del virus, de la que se informó por primera vez en Irán a principios del mes pasado en un pasajero que había regresado del Reino Unido, se está "extendiendo rápidamente" en el país, según el ministro de Sanidad, Saeed Namaki.
Dijo que una mujer de 71 años que no tenía antecedentes de viaje murió la semana pasada a causa de la variante británica, lo que apunta a una propagación del virus mutado en el país.
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Las autoridades sanitarias han pedido una estricta vigilancia en los puntos de entrada a la frontera, y también en los aeropuertos para los que llegan del extranjero.
Irán ha registrado hasta ahora más de 1,5 millones de casos del virus desde su aparición en febrero del año pasado. Un total de 58.883 han muerto a causa de él.
El despliegue de la vacunación comenzó esta semana con la administración de la vacuna a los trabajadores sanitarios y otros grupos de alto riesgo en la primera fase. Las autoridades afirman que se necesitará al menos un año para que toda la población reciba la vacuna.
Irán también se apresura a producir una vacuna propia, con dos vacunas que han pasado la fase de prueba en humanos hasta ahora.