El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, realizó ayer una esperada primera llamada telefónica al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, tras un retraso en el que Washington había negado que estuviera menospreciando al líder de Israel, informó Reuters.
Se había especulado con que el presidente demócrata estaba señalando su descontento por los estrechos vínculos de Netanyahu con el expresidente Donald Trump, que llamó al líder derechista dos días después de su toma de posesión en 2017.
Biden ha hablado con una docena de otros líderes mundiales desde que asumió el cargo el 20 de enero. La Casa Blanca había dicho que Netanyahu, que difiere con Biden en algunos temas de Oriente Medio como Irán, sería el primer líder regional al que llamaría.
El retraso en la tradicional llamada de cortesía también fue considerado por los analistas como una señal de que Biden no quería ser visto impulsando a Netanyahu antes de las elecciones del 23 de marzo en Israel.
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"Fue una buena conversación", dijo Biden a los periodistas en el Despacho Oval, donde se reunía con los líderes sindicales estadounidenses.
Biden y Netanyahu hablaron durante cerca de una hora sobre temas como la "amenaza iraní" y las incipientes relaciones de Israel con los países árabes y musulmanes, dijo la oficina de Netanyahu en un comunicado. "Los dos líderes señalaron su larga conexión personal", añadió.
La Casa Blanca dijo que discutieron, entre otros temas, la necesidad de "continuar con las consultas estrechas" sobre Irán.
Biden dijo a Netanyahu que pretende reforzar la cooperación en materia de defensa con Israel y subrayó su apoyo a la normalización de las relaciones con sus vecinos. También "subrayó la importancia" de trabajar por la paz entre israelíes y palestinos, según el comunicado.