Una ola de frío azotó anoche los territorios palestinos dejando un manto de nieve en partes de Cisjordania ocupada y Jerusalén, incluido el recinto de la mezquita de Al-Aqsa.
El clima extremo continuará durante unos días y traerá consigo fuertes lluvias y temperaturas bajo cero.
La Franja de Gaza asediada experimentó un mar agitado como consecuencia de los fuertes vientos, lo que obligó a los pescadores a permanecer en la orilla. En algunas zonas, los tejados se desprendieron de las casas debido a los vientos que alcanzaron los 40-80 kilómetros por hora, lo que obligó a los equipos de defensa civil a intervenir y proteger a los residentes locales.
Las escuelas han estado cerradas ayer y hoy y volverán a abrir después del fin de semana, mientras que las instituciones gubernamentales también han sido cerradas.