Hace casi seis años, Tareq Alaows cruzó el Egeo a la deriva en un bote de goma antes de recorrer a pie la mayor parte del camino desde Atenas hasta Viena. Ahora, este inmigrante que huyó del reclutamiento militar en Siria intenta conseguir un escaño en el Parlamento alemán, según informa Reuters.
Tiene previsto presentarse a las elecciones nacionales del 26 de septiembre por los Verdes, en una antigua región minera del oeste de Alemania, siempre y cuando se apruebe para entonces su solicitud de ciudadanía alemana. Los Verdes dicen que Alaows sería el primer refugiado elegido para el parlamento federal.
Cuando Alaows llegó a Alemania en 2015, se sintió seguro por primera vez en años. Pero le sorprendió lo que le esperaba: una cama en un gimnasio junto a otros 60 refugiados, donde le prohibieron trabajar y no le dieron clases de alemán.
"Me di cuenta de que mi perspectiva, como persona afectada por todo esto, estaba ausente en la política. Nadie me representa", dijo este licenciado en Derecho a Reuters en un alemán casi perfecto. Se enseñó a sí mismo el idioma poniendo las leyes alemanas en Google Translate en su teléfono móvil.
Alaows es uno de los cientos de miles de migrantes que entraron en Alemania después de que la canciller Angela Merkel abriera las fronteras en 2015 a los refugiados que huían de la guerra y la pobreza en Oriente Medio.
"Había refugiados en Alemania incluso antes de 2015 -llevan aquí más tiempo- y ya es hora de que en una democracia que funciona estas personas, que forman parte de la sociedad, tengan voz en la política", dijo Alaows, que asesora a los migrantes en cuestiones de asilo.
"Los refugiados se enfrentan a una discriminación sistémica en esta sociedad. Se ven afectados por el racismo y por las leyes de asilo y residencia; son experiencias que comparten los refugiados y quiero trabajar para que se produzcan cambios en estos ámbitos", dijo Alaows.
Los sondeos de opinión sitúan a los Verdes, de tendencia izquierdista, en segundo lugar tras el bloque conservador de Merkel.
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