El Parlamento holandés calificó ayer de genocidio el trato que recibe la minoría musulmana uigur en China en una moción no vinculante, según informó Reuters.
"En China se está produciendo un genocidio contra la minoría uigur", decía la moción holandesa.
Se trata de la primera medida de este tipo adoptada por un país europeo en relación con los musulmanes uigures, y los activistas de derechos humanos han elogiado la medida.
El fundador del Movimiento del Despertar Nacional del Turquestán Oriental, el activista Salih Hudayar, con sede en Washington, declaró en Twitter: "Siguiendo a Canadá y Estados Unidos, el Parlamento holandés ha aprobado una moción que reconoce las atrocidades de China contra los uigures y otros pueblos turcos del Turquestán Oriental como GENOCIDIO. Gracias Holanda/los Países Bajos".
Following #Canada and the US, the Dutch Parliament has passed a motion recognizing #China's atrocities against #Uyghurs and other Turkic peoples in #EastTurkistan as GENOCIDE. Thank you Holland/The Netherlands 🇳🇱! We expect other countries to follow suit.https://t.co/PSdUkyRMG5
— Salih Hudayar (@SalihHudayar) February 25, 2021
En la región china de Xinjiang -Turquestán Oriental- viven unos diez millones de uigures. El grupo musulmán turco, que constituye alrededor del 45% de la población de Xinjiang, lleva mucho tiempo acusando a las autoridades chinas de discriminación cultural, religiosa y económica.
En los últimos dos años, China ha intensificado sus restricciones en la región, prohibiendo a los hombres dejarse crecer la barba y a las mujeres llevar velo, e introduciendo lo que muchos expertos consideran el programa de vigilancia electrónica más amplio del mundo, según el Wall Street Journal.
Hasta un millón de personas, o alrededor del 7% de la población musulmana de Xinjiang, han sido encarcelados en una red creciente de campos de "reeducación política", según funcionarios estadounidenses y expertos de la ONU.
Un informe de Human Rights Watch de 2018 detalló una campaña del gobierno chino de "detención arbitraria masiva, tortura, adoctrinamiento político forzado y vigilancia masiva de los musulmanes de Xinjiang."
China ha negado repetidamente las acusaciones de que está operando campos de detención en su región autónoma del noroeste, afirmando en cambio que están "reeducando" a los uigures.