El Ministerio de Asuntos Exteriores de Etiopía renovó ayer su adhesión a la mediación de la Unión Africana para resolver el conflicto de la presa del Gran Renacimiento Etíope (GERD) con Egipto y Sudán.
"La tendencia a invitar a varias partes como mediadores en la cuestión mientras la negociación dirigida por la UA no ha finalizado es degradante [para] los esfuerzos de la UA", dijo la portavoz del ministerio, Dina Mufti, a los periodistas en la capital etíope de Addis Abeba. Sus comentarios se produjeron en respuesta a los recientes llamamientos de Sudán y Egipto a la mediación internacional tras el fracaso de las conversaciones de la UA.
Subrayó que su país se adhería al llamado acuerdo de la Declaración de Principios.
En marzo de 2015, el presidente egipcio, Abdel Fattah Al-Sisi, el entonces presidente sudanés, Omar Al-Bashir, y el ex primer ministro etíope, Hailemariam Desalegn, firmaron en Jartum un pacto conjunto que aprueba la finalización del GERD respetando las necesidades de agua de los tres firmantes. En él se establece que los tres países deben acordar las directrices y normas para el proceso de explotación de la presa antes de que se llene el embalse.
"Nuestra posición siempre ha sido la de continuar las negociaciones con la mediación de la UA", señaló Mufti, subrayando que esta última conduciría a una "solución en la que todas las partes salgan ganando".
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Bajo la presidencia de Sudáfrica, la UA ha intentado ayudar a los tres países a llegar a un acuerdo sobre la disputa de años. En enero, Sudán abandonó las conversaciones, en protesta por la agenda de la reunión. Las conversaciones se han estancado desde entonces.
Etiopía está construyendo una presa de 5.000 millones de dólares cerca de la frontera con Sudán que, según dice, proporcionará al país la electricidad y la regeneración económica que tanto necesita. Egipto cree que restringirá su acceso a las aguas del Nilo.
Egipto depende casi por completo del agua del Nilo, del que recibe unos 55,5 millones de metros cúbicos al año, y cree que el llenado de la presa afectará al agua que necesita para beber, la agricultura y la electricidad.
El Cairo quiere que Etiopía garantice que Egipto recibirá 40.000 millones de metros cúbicos de agua del Nilo o más. El ministro etíope de Riego, Seleshi Bekele, afirmó que Egipto ha renunciado a esta exigencia, pero Egipto insiste en que no lo ha hecho y emitió una declaración en este sentido.
También hay una cuestión sin resolver sobre la rapidez con la que se llenará la presa, ya que Egipto teme que si se llena demasiado rápido, podría afectar a la electricidad generada por la Alta Presa de Asuán. El pasado mes de julio, Bekele anunció que el embalse se estaba llenando a pesar de no existir un mecanismo acordado para ello.