La vicepresidenta estadounidense Kamala Harris, en una llamada con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, reafirmó ayer la oposición de Washington a una investigación de la Corte Penal Internacional (CPI) sobre posibles crímenes de guerra en los territorios palestinos ocupados, según informó la Casa Blanca a Reuters.
En la llamada, la primera entre ambos desde que Harris y el presidente Joe Biden asumieron el cargo en enero, se produjo un día después de que la fiscal de la CPI dijera que iniciaría la investigación, lo que provocó el rápido rechazo de Estados Unidos e Israel.
La fiscal Fatou Bensouda, que será sustituida por el fiscal británico Karim Khan el 16 de junio, dijo en diciembre de 2019 que se habían cometido o se estaban cometiendo crímenes de guerra en Cisjordania y la Franja de Gaza. Ella nombró tanto al ejército israelí como a los grupos armados palestinos como posibles autores.
Harris y Netanyahu señalaron la "oposición de sus gobiernos a los intentos de la Corte Penal Internacional de ejercer su jurisdicción sobre personal israelí", dijo la Casa Blanca.
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Los dos acordaron seguir cooperando en cuestiones de seguridad regional, concretamente en el programa nuclear de Irán y en su "peligroso" comportamiento, según el comunicado de la Casa Blanca.
Harris "enfatizó el compromiso inquebrantable de Estados Unidos con la seguridad de Israel", añadió el comunicado.
La apuesta de Biden por revivir el acuerdo nuclear de 2015 entre Irán y las potencias mundiales le sitúa a él y a Netanyahu en un posible rumbo de colisión. El primer ministro israelí se opuso al acuerdo nuclear y aplaudió la decisión del ex presidente Donald Trump de abandonarlo en 2018.
Harris también felicitó a Netanyahu por el programa de vacunas contra el coronavirus de Israel y acordaron aumentar la cooperación sobre el coronavirus, el agua, la energía verde y otras iniciativas, dijo la Casa Blanca.
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