Las autoridades argelinas han programado para el jueves la evacuación de decenas de agricultores marroquíes en la zona fronteriza cercana a la provincia de Figuig.
Las granjas propiedad de ciudadanos marroquíes se encuentran en una zona llamada Laarja, que forma parte de la región de Figuig, fronteriza con el sureste de Marruecos y el suroeste de Argelia.
Las fuerzas argelinas entraron en la zona en febrero y realizaron encuestas. Un comité político y militar de alto nivel volvió a la zona de Laarja hace unos días y ordenó a los agricultores marroquíes que se fueran antes del jueves. Les amenazaron con detenerles si se negaban a cumplir la orden.
Los marroquíes expresaron su sorpresa ante esta repentina medida. El gobierno de Rabat no ha dado ninguna explicación a sus ciudadanos, ni ha hecho ningún comentario sobre la situación.
En una protesta de agricultores en Figuig el sábado, se exigió una explicación. "Las autoridades argelinas nos han dicho que la región de Laarja es territorio argelino y que las autoridades marroquíes nos compensarán por la propiedad que vamos a perder", dijo un portavoz de los agricultores.
Según el Partido Socialista de la región de Figuig, "el Estado marroquí no ha sido claro con los habitantes de Figuig ni con la población en general en lo que respecta a la demarcación de la frontera entre Marruecos y Argelia. Esto sigue siendo objeto de fluctuaciones políticas entre los dos países". El acuerdo de 1972 entre Rabat y Argel no es nada claro en cuanto a la frontera, explicó el partido. "Marruecos ha engañado y engañado a los habitantes y agricultores del oasis de Figuig para que inviertan durante años en unas tierras que les pueden ser arrebatadas en cualquier momento, como está ocurriendo ahora".
El partido instó a las autoridades marroquíes a dar a conocer los detalles de este caso y sus implicaciones políticas, económicas y sociales para la región.
También pidió un debate franco y objetivo con los habitantes de Figuig que se ven directamente afectados por este procedimiento arbitrario. "Se necesitan soluciones adecuadas y tranquilizadoras para las personas implicadas, de acuerdo con los convenios internacionales relativos a la propiedad de los ciudadanos situados a ambos lados de la frontera. La cuestión debe resolverse de una vez por todas con la vecina Argelia de forma que se preserve la tierra para las generaciones futuras, para que no vuelva a ocurrir la misma tragedia."
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Las ciudades marroquíes y argelinas se superponen en varios puntos de la frontera, a pesar del acuerdo fronterizo de 1972.
Los ciudadanos marroquíes se quejan de que Argelia, apoyada por Francia, ha reanudado la anexión de tierras marroquíes. Por ello, algunos partidos políticos han pedido que se cierre el expediente del Sáhara Oriental, territorio supuestamente anexionado por Argelia.
Según declaró ayer el analista marroquí Manar Eslimi, "la decisión del ejército argelino de abrir la cuestión de la frontera y anexionar Laarja es un intento de desviar la atención del movimiento popular tras verse asediado por las exigencias de los activistas de entregar el poder a los civiles. Los acontecimientos no son tranquilizadores y no se puede excluir la posibilidad de una guerra entre Marruecos y Argelia".