Más de 100 casas palestinas se enfrentan a la demolición y unos 1.550 residentes, entre ellos más de 800 niños, se quedarán sin hogar a manos del municipio israelí de Jerusalén, informó ayer Arab48.
Esto se produce cuando el municipio israelí canceló todos los acuerdos con los residentes palestinos del barrio de Silwan.
Según Arab48, la municipalidad israelí rechazó los planes que había solicitado como alternativa a la demolición de las viviendas palestinas, en su lugar se dispone a demoler las viviendas palestinas y convertir la zona en El Jardín del Rey, alegando que fue un jardín para los reyes israelíes hace miles de años.
El ayuntamiento había acordado proporcionar a los palestinos terrenos en otras zonas para construir nuevas viviendas, pero de repente se echó atrás en esta decisión.
La batalla legal ha costado a la comunidad palestina más de 500.000 dólares.
El Observatorio Euromediterráneo de Derechos Humanos afirmó en un comunicado que la "operación de destrucción y desplazamiento masivo de la población puede equivaler a una limpieza étnica y a un crimen de guerra".
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