Este libro ofrece un ángulo original sobre la política y el carácter de Hamás al centrarse en la política exterior del movimiento desde principios de los años 90 hasta la actualidad, en una época de desafíos extremos para Hamás y todo el movimiento palestino. El estudio se basa en numerosas y detalladas entrevistas con dirigentes de Hamás y con amplias fuentes ajenas al movimiento, como funcionarios estadounidenses y de la ONU. Revela muchos detalles de la política y las acciones de Hamás que no son ampliamente conocidos. La historia y la visión de Hamás están bien explicadas, los errores y los contratiempos no se ocultan. Y lo que emerge con claridad son las oportunidades ignoradas por Occidente para comprometerse con una organización que podría haber alterado la trágica trayectoria de la historia palestina en los últimos 30 años.
Entre los principales retos de la historia de Hamás que se examinan figuran la crisis de la invasión de Kuwait por parte de Irak en 1991 y la posterior limpieza étnica de los palestinos del territorio; el rechazo de Hamás al Proceso de Madrid y a los Acuerdos de Oslo ese mismo año; la deportación israelí de 415 miembros de Hamás al remoto Marj az Zuhur en Líbano en 1992; la calificación de la organización como terrorista por parte de Estados Unidos en 1993; el intento de asesinato del líder de Hamás, Jaled Mashal, por parte del Mossad en Jordania en 1997; los asesinatos de los líderes de Hamás, el sheikh Yassin y Abdul Aziz al-Rantisi, en Gaza en 2004; la profunda injerencia de Estados Unidos en la política y los asuntos de seguridad palestinos en respuesta a la sorprendente victoria de Hamás en las elecciones parlamentarias de 2006; el posterior asedio impuesto por Israel a Gaza la decisión de Hamás en 2012 de apoyar las demandas de la sociedad civil siria al régimen de Assad, que se tradujo en la pérdida durante 10 años de la base de apoyo material y diplomático más importante del movimiento en Damasco, y con ella la de Irán y Hezbolá durante tres años hasta 2014.
En estas décadas, las políticas fundamentales de Hamás de no injerencia en los asuntos internos de otros Estados y la búsqueda de un terreno común, se vieron desafiadas tanto por las acciones militares de los regímenes iraquí y sirio como por las decisiones y actitudes de Estados Unidos e Israel, así como por los conocidos errores de la OLP, entre ellos la negativa de Al Fatah a participar en un gobierno de unidad tras las elecciones de 2006. El libro detalla bien esta fase.
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Del mismo modo, el libro detalla la respuesta de los dos grupos palestinos a la complejidad que supuso para ellos la crisis de Irak, revelando marcadas diferencias de análisis y estilo. A diferencia de la OLP, que apoyó a Irak de forma acrítica en 1991, Hamás, aunque condenó la invasión estadounidense que desencadenó la guerra del Golfo, formó parte de los intentos de negociaciones árabes para persuadir a Saddam Hussein de que se retirara de Kuwait. Por principio, los líderes de Hamás se opusieron a que la invasión iraquí violara la soberanía de otro Estado y fuera en contra del derecho internacional, y también previeron los efectos desastrosos para el propio Kuwait y los 400.000 palestinos residentes que sufrieron lo que muchos llamaron la tercera Nakba. Las décadas en las que Kuwait fue el principal apoyo financiero de la OLP se acabaron abruptamente.
El detallado capítulo sobre la expulsión israelí de 415 miembros de Hamás al Líbano en diciembre de 1992 explica cómo Hamás convirtió esa extraordinaria medida ilegal de Israel en una oportunidad para dar a conocer el movimiento a los numerosos medios de comunicación y a la comunidad internacional, que se indignó por la expulsión. Este relato también revela mucho sobre todos los actores clave, incluidos Estados Unidos, Israel, la ONU y la OLP, y sus actitudes negativas hacia Hamás, que se basan no tanto en el conocimiento sino en los prejuicios.
Los miembros de Hamás fueron sacados bruscamente por el ejército israelí de la cárcel o de su casa en un viaje de 36 horas en autobús con los ojos vendados y esposados, antes de ser dejados en la frontera libanesa y recibir la orden de dirigirse al norte. Pero el cálculo y la disciplina de la organización hicieron que los hombres no se dirigieran al norte como individuos, sino que negociaran inmediatamente como grupo con los primeros soldados libaneses que encontraran. Se acordó que el ejército libanés no les permitiría ir hacia el norte, y de hecho puso una barrera de arena a través de la carretera, y les animó a volver a Palestina. Pero el ejército israelí disparó a los palestinos cuando se acercaban a la frontera y enseguida minó la carretera del lado libanés entre los deportados y la frontera. Los deportados quedaron atrapados en tierra de nadie. Se convirtieron en un imán para los medios de comunicación y luego en una causa célebre en un campamento improvisado y helado en el desierto, donde el CICR y varias organizaciones libanesas comenzaron a suministrarles tiendas de campaña y artículos de primera necesidad.
PUBLICACIÓN: La creación de la política exterior de Hamás
"Las estremecedoras imágenes de profesionales -profesores universitarios, estudiantes, médicos e ingenieros- con los ojos vendados y esposados en las gélidas montañas captaron la atención del mundo". Durante tres meses, Al Rantisi dio conferencias de prensa diarias desde Marj az Zuhur, traducidas al inglés. Y por primera vez Hamás pudo mostrar a los medios de comunicación occidentales quiénes eran sus miembros, sobre todo en una entrevista nocturna de Aziz Dweik con Larry King de la CNN, filmada en directo en condiciones de congelación en Marj az Zuhur tras una nevada. El mito de los terroristas violentos y sin rostro comenzó a desvanecerse.
La Resolución 799 de la ONU exigía el regreso de los deportados, con el respaldo de Estados Unidos bajo el mando de George Bush, que se esforzaba por incorporar a Hamás a la OLP. Pero los israelíes sólo ofrecieron una devolución parcial de los 101 hombres iniciales. Como era de esperar, Hamás se negó. También era previsible que la OLP les criticara duramente y reclamara el derecho exclusivo a negociar la devolución de los hombres.
En el transformado Oriente Medio de hoy, con las tendencias de normalización impulsadas hasta ahora por Washington en las políticas de Kushner y Trump, el autor sigue siendo optimista en cuanto a que "Hamás tiene un papel fundamental que desempeñar en la restauración de los derechos palestinos". Su libro merece una amplia lectura con la esperanza de que esta información y este análisis impulsen una actitud más matizada por parte de los responsables políticos occidentales hacia los actores palestinos sustantivos.
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