Alrededor del 80% de la deuda que Sudán tiene con Reino Unido se compone de intereses, según reveló el domingo un informe del diario Observer.
Una solicitud de información descubrió que de los 861 millones de libras (1.180 millones de dólares) que Jartum debe pagar a Londres, 684 millones de libras (937,6 millones de dólares) corresponden a intereses.
El Estado norteafricano dejó de pagar sus préstamos en 1984, cuando Jaafar Muhammad An-Nimeiry era presidente. Ahora se le presiona para que imponga medidas de austeridad, incluida la reducción del gasto público, con el fin de ver cancelada su deuda.
Sudán, que hace dos años fue testigo de protestas masivas que condujeron a la destitución del veterano dictador Omar Al-Bashir, está dirigido ahora por un gobierno de transición dirigido por militares. Las manifestaciones continúan con regularidad y los recortes del gobierno amenazan con desestabilizar el camino del país hacia la democracia.
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Según el FMI, el 46,5% de la población de Sudán vive por debajo del umbral de la pobreza. The Observer citó a Nick Dearden, director de Global Justice Now, diciendo: "Es realmente inconcebible que Gran Bretaña siga manteniendo estos préstamos como una forma de influencia sobre el gobierno de Sudán, y lo que es peor, que [el ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido] Dominic Raab ofrezca ahora apoyo a Sudán condicionado al impopular programa de austeridad del gobierno, que amenaza con exacerbar la pobreza y socavar el frágil camino del país hacia la democracia".