El presidente de Egipto, Abdel Fattah Al-Sisi, ha advertido que no permitirá que ningún otro país socave su suministro de agua y que, si lo hace, habrá graves consecuencias regionales.
"No estoy amenazando a nadie, nuestro diálogo es siempre razonable y racional", dijo Al-Sisi el martes en una conferencia de prensa en Ismailia con motivo de la liberación del buque portacontenedores Ever Given.
"Vuelvo a decir que nadie puede tomar una gota del agua de Egipto, y si eso ocurre habrá una inestabilidad inconcebible en la región". La cuota de agua del Nilo de Egipto es una "línea roja".
Poco después de los comentarios de Al-Sisi, Arabia Saudí, Omán y Bahréin expresaron su apoyo a los esfuerzos de Egipto y Sudán para proteger su parte del agua del Nilo.
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Las palabras parecen ser la advertencia más contundente de Al-Sisi hasta ahora, mientras Etiopía sigue adelante con el llenado de la presa.
Egipto y Sudán, países situados aguas abajo, esperan que se llegue a un acuerdo jurídicamente vinculante sobre cómo se llenará la presa del Renacimiento, pero Etiopía ha seguido adelante con el llenado del embalse a pesar de ello.
A Egipto le preocupa cómo afectará la presa a su parte del suministro de agua, mientras que a Sudán le preocupa la seguridad de la presa y cree que afectará al funcionamiento de su propia presa.
Etiopía afirma que puede utilizar la energía hidroeléctrica que producirá su presa para suministrar electricidad a su población.
Durante los últimos 10 años, los tres países han intentado negociar, pero se han estancado repetidamente a pesar de los numerosos intentos de mediación por parte de diferentes países.
Hace unos días, una delegación sudanesa llegó a Abu Dhabi tras la aprobación de una iniciativa de los EAU para mediar entre Sudán, Egipto y Etiopía.