El director de incidencia política de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África ha pedido al presidente estadounidense Joe Biden que denuncie las violaciones de derechos humanos en Egipto y exija un cambio.
"Decenas de miles de personas han sido arrastradas y detenidas en Egipto, y Amnistía Internacional la ha calificado como la mayor prisión al aire libre del mundo", rezaba en una declaración Philippe Nassif para Today News Africa.
El presidente Al Sisi ha encabezado una feroz represión contra activistas, medios de comunicación y personas que no se alinean con los puntos de vista del Estado o de su religión. La opresión está en su peor momento, peor de lo que hemos visto en cualquier época moderna, incluyendo la tortura en las cárceles y un número incalculable de muertes
La preocupación de Manistía Internacional, según el comunicado, es que el gobierno de Estados Unidos ha seguido vendiendo armas a Egipto y les ha dado cobertura política. "Se lo dejamos muy claro al Congreso y al gobierno de Biden", insistía el director de la organización.
Biden es famoso por haber prometido que no emitiría más cheques en blanco para el "dictador favorito" de Trump, después de que el ex presidente estadounidense mantuviera una estrecha relación con el dictador egipcio a pesar de que los abusos contra los derechos humanos han aumentado de forma espectacular.
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Sin embargo, en febrero Biden provocó una condena generalizada cuando su administración autorizó la venta de armas a Egipto por valor de 200 millones de dólares.
A principios de esta semana, las críticas se renovaron después de que el presidente estadounidense confirmara la inmunidad del ex primer ministro egipcio Hazem Beblawi tras una demanda presentada por el ex preso político Mohamed Sultan en Washington DC, que responsabilizaba a Beblawi de las torturas a las que fue sometido durante su encarcelamiento en Egipto.
El jueves pasado, el Departamento de Justicia presentó una declaración formal en la que instaba a un tribunal federal a desestimar el caso de Soltan.
Los comentarios de Nassif se producen tras la publicación del informe anual de Amnistía Internacional sobre derechos humanos, que documenta las violaciones cometidas en Egipto en 2020.
Las autoridades castigan la disidencia pública o percibida, según el informe, y detienen a periodistas en represalia por sus opiniones críticas, incluso sobre la gestión del gobierno de la crisis del coronavirus.
Cientos de manifestantes y transeúntes están siendo investigados por cargos relacionados con el "terrorismo", mientras que las garantías de un juicio justo se incumplen regularmente.
Las mujeres son procesadas por cargos de "moralidad" por su forma de vestir, y las autoridades han detenido y procesado a cristianos, musulmanes chiítas y otros por blasfemia.