Siria celebrará el 26 de mayo unas elecciones presidenciales en las que es prácticamente seguro que el presidente Bashar al-Assad obtendrá un tercer mandato, un acontecimiento que Washington y la oposición consideran una farsa destinada a consolidar su régimen autocrático, según informa Reuters.
La familia de Assad y su partido Baath han gobernado Siria durante cinco décadas con la ayuda de las fuerzas de seguridad y el ejército, donde domina su minoría alauita.
Este año se cumple el décimo aniversario de la sangrienta represión de los manifestantes prodemocráticos que desencadenó una guerra civil que ha dejado gran parte de Siria en ruinas.
El sondeo fue rechazado por la principal alianza de la oposición, respaldada por Turquía, cuyas fuerzas controlan una franja de territorio en el noroeste de Siria, donde millones de civiles han huido para refugiarse de las bombas de Assad.
"Consideramos que el parlamento de Assad no tiene legitimidad, y esto es una farsa teatral y un esfuerzo desesperado por reinventar este régimen criminal", dijo Mustafa Sejari, una prominente figura de la oposición.
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La oposición y los líderes occidentales llevan una década exigiendo que Assad, al que acusan de crímenes contra la humanidad, dimita.
"Estas elecciones no serán ni libres ni justas. No legitimarán el régimen de Assad", dijo la enviada estadounidense Linda Thomas-Greenfield al Consejo de Seguridad de la ONU el mes pasado, en el décimo aniversario del inicio de las protestas prodemocráticas.
Los partidarios de Assad afirman que Washington y sus aliados occidentales pretenden derribar a Assad con las paralizantes sanciones que le han impuesto.
Las candidaturas para las elecciones se cierran dentro de 11 días. Los candidatos deben haber vivido en Siria durante los últimos 10 años, lo que impide que se presenten figuras clave de la oposición en el exilio.
"Pido a los sirios que ejerzan su derecho a elegir al presidente", declaró el presidente del Parlamento, Hammouda Sabbagh, tras el anuncio de la fecha de las elecciones.
Dijo que los comicios serían una señal de que Siria había superado con éxito su devastador conflicto.
"A pesar de las expectativas de los enemigos de Siria, la votación presidencial seguirá adelante", dijo Husam al Deen Khalsi, político de la provincia de Latakia, bastión de la ideología alauita de Assad. "Nuestros gobernantes no han seguido los dictados de Washington o Israel".
Assad llegó al poder en el año 2000 tras la muerte de su padre, Hafez al-Assad, que llegó a la presidencia en 1971 tras un golpe militar el año anterior.
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