Según una fuente de Washington, "[La administración Biden estudiará con comprensión la posibilidad de aplazar las elecciones [palestinas] durante algún tiempo. Washington no se opondría a una decisión de la Autoridad Palestina de posponer las elecciones legislativas fijadas para el próximo mes". Esto fue citado por el periódico Al-Quds el viernes.

Otra parte digna de mención de la misma declaración, citada por Al-Quds, es la advertencia de la fuente de que "el ascenso de las fuerzas palestinas que rechazan la solución de los dos Estados, rechazan el abandono de la violencia y se niegan a detener la retórica antiisraelí y estadounidense, o a abandonar la incitación - el ascenso de tales fuerzas a la posición de toma de decisiones complicará, o incluso disipará por completo, las perspectivas de la solución de los dos Estados."

La fuente señaló que, como tal, es natural que las fuerzas políticas palestinas reiteren su compromiso con acuerdos como los de Oslo. Se confirmó que las fuerzas palestinas "que rechazan la solución de los dos Estados" son una clara referencia a Hamás.

Al parecer, Washington está dando luz verde a la presidencia palestina para que posponga las elecciones legislativas previstas para el próximo mes; la administración de Biden "entiende" voluntariamente si esto ocurre. La cuestión ahora, por tanto, no es si las elecciones se pospondrán, sino cuándo. Mahmoud Abbas, recordemos, sólo emitió el decreto electoral bajo la presión de la UE y Estados Unidos para que se celebraran elecciones. Se dijo que la ayuda humanitaria estaría vinculada a la celebración de las elecciones legislativas, del consejo nacional y presidenciales lo antes posible.

Si Abbas se libera de esta presión, queda abierto el camino para que emita otro decreto que posponga las elecciones por cualquiera de las razones que le expuso la fuente estadounidense: Washington es consciente de los "diversos retos a los que se enfrentan los palestinos, como la pandemia de coronavirus, los problemas económicos y la dualidad de gobierno entre Cisjordania, dominada por la AP, y la Franja de Gaza, gobernada por Hamás". La fuente anónima también mencionó las diferentes prioridades debido a la naturaleza de los desafíos únicos a los que se enfrenta cada gobierno, que se han acumulado durante los últimos 15 años, además del hecho de que los palestinos de Cisjordania y Jerusalén Este están sujetos a las complejidades de la dominación israelí, que restringe la actividad política.

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Los estadounidenses básicamente están poniendo en bandeja al presidente de la AP la justificación del aplazamiento de las elecciones. Tenemos derecho a preguntarnos si esto ha sido simplemente una cuestión de dos mentes que piensan igual, o si ha habido alguna connivencia y un acuerdo de antemano de que esto iba a suceder. Me parece que la declaración de la fuente no fue una coincidencia, sino que fue un asunto acordado entre los dirigentes de la AP y la administración estadounidense antes de emitir el decreto de aplazamiento de las elecciones; posiblemente incluso antes de que se emitiera el decreto electoral original. Con ello, han preparado el escenario político a nivel internacional y regional para el aplazamiento o la cancelación de las elecciones palestinas.

Resulta sorprendente que la fuente estadounidense confirmara que no había oído hablar de ninguna petición palestina para presionar a Israel a fin de que permita la celebración de las elecciones en Jerusalén, a pesar de que los dirigentes palestinos han afirmado casi sin cesar que se están comunicando con todas las partes internacionales para ejercer dicha presión sobre el Estado de ocupación. Si la AP no se comunicó con el gobierno de Biden -que es posiblemente la única parte capaz de ejercer presión con alguna probabilidad de éxito-, ¿con quién se comunicaron los dirigentes palestinos a este respecto? ¿O las afirmaciones de los dirigentes no eran más que un intento de echarnos polvo a los ojos?

Ahora parece que las partes regionales e internacionales están dispuestas a posponer las tan necesarias elecciones por una razón, y sólo una: es probable que Hamás vuelva a ganar, algo que los actuales dirigentes, los israelíes y los estadounidenses quieren evitar. Al posponer las elecciones, estarían siguiendo sus propios deseos, no los del pueblo palestino, que está abrumadoramente a favor de utilizar las urnas para salir de la crisis política que ha sido el statu quo en Palestina durante los últimos 15 años.

Esto ha creado una situación en la que el presidente Mahmoud Abbas gobierna absolutamente. A su vez, esto ha provocado el completo declive de una serie de cuestiones nacionales palestinas. Es necesario reconstruir toda la estructura política mediante la celebración de elecciones que otorguen legitimidad a los dirigentes, algo que ha faltado durante más de una década. El pueblo palestino y las facciones han acordado que esto es necesario.

¿Se pondrá Abbas del lado del pueblo palestino o se rendirá a los deseos de las partes regionales e internacionales? Basándome en la experiencia, creo que se decantará por lo segundo e ignorará los deseos del pueblo, que debe prepararse para una decisión en los próximos días que será cualquier cosa menos favorable a los intereses palestinos, y todo lo que tenga que ver con el apaciguamiento de Israel y sus aliados.

Este artículo apareció por primera vez en árabe en el Centro de Información Palestino el 18 de abril de 2021

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